Un cómico en el supermercado la tienda de alimentación


Una madre entró en el supermercado la tienda de alimentación con su pequeña hija de siete años. Estaba vestida de rosa y llevaba un pequeño collar de oro en su cuello. Era muy guapa y adelantada para ser una niña de su edad. Pero su madre era muy joven y obviamente estaba cansada. 


Maxime, un hombre joven de veintitrés años, se sentía obligado desde el primer instante de ayudar a la madre joven que, como parecía, tenía problemas para tranquilizar a su hija. Eres capaz, Adrienne. Estaremos sólo unos poco minutos en la tienda, y ¡ya está! Serás capaz de estar rodeada de todas estas personas extrañas sin entrar en pánico” dice la madre.


Maxime se acercó y dijo: 

“Perdone, pero pienso que necesita ayuda para tranquilizar a su hija. Lo está haciendo muy bien, sin embargo ¡me gustaría ayudar a una mujer joven y bella como Usted!” La madre da unos pasos hacia atrás, dudando. 

“No creo que sea necesario”, dijo y retrocedió unos pasos más “Mire, no es realmente...”

Maxim la interrumpió:

„Señora, me daría gusto echarle estaría contento echándole una mano! Para compensarme sólo le pido que me deje contarle a su hija algunos de mis chistes. Estoy practicando para ser cómico algún día.”


Sin decir ni una palabra más, la madre entra en la tienda y Maxim les sigue. Empezó con unos cuantos chistes:


„Nos encontramos ahora en la panaderia de la tienda. Mm... ¡Creo que tengo un buen chiste de un panadero!  ¡Exacto! Mi amigo se fue a una panadería de París. Su mujer le había pedido una coca de hojaldre para su cumpleaños. Se va al mostrador de pedidos especiales y encontró una “coca de hojaldre de mil capas“  por 10 euros. 

Le preguntó al panadero: Señor, ¿me podria dar una coca de hojaldre de quinientas capas?

Es que ¡sólo tengo cinco euros!“


Su chiste tuvo un silencio como respuesta. Esperó unos minutos antes de intentarlo de nuevo.


Los tres pasaron por unos pasillos. La madre miró su carro y se dio cuenta que le faltaban los tomates que necesitaba para hacer espaguetis para cenar. Fue a la entrada al principio de la tienda a la verdulería. Encuentra los tomates y empieza a meterlos en una bolsa. 


Maxim está en el siguiente pasillo, coge la botella de un producto y la esconde detrás de su espalda. Se dirige hacia las chic ¡No tengas miedo a los extraños que te rodean!: Casi hemos acabado y nos iremos a casa enseguida“ Maxime continúa con sus chistes: „Ahora que lo pienso, ¡se me ha ocurrido un chiste que te gustará de verdad!“ Le da un tomate a la niña y dice: “Un día cruzaron dos tomates la calle, una estaba muy por delante de la otra. Al cabo de unos minutos un coche atropelló uno de los tomates. 

El primero se dio la vuelta y le dijo, ¿Te vienes? ¡Ketchup!” 

Le da la botella de ketchup que tenía escondidao. 


La chica se rió, pero la madre seguía diciendo: „Casi hemos terminado, Adrienne, estarás bien, casi conseguido. No hay que preocuparse.“ Maxim está un poco confundido.

„Pero mire, ¡le ha parecido gracioso mi chiste! ¿A Usted no?“ Maxim mira a la madre, más confundido aún. „ Ve - Ketchup está hecho de tomates chafados. Y la palabra Ketchup suena en inglés como “catch up”, ¡alcanzar a alguien! 

Es gracioso, ¿no?“


Maxim se pone un poco triste y estruja su cerebro en busca de otros chistes que podían hacer referencia a cosas que podía encontrar en la tienda de alimentación. La chica sonríe y pregunta de manera perspicaz a su madre: „Mamá, ¿puedo tener un postre rico esta noche? ¿Podemos hacer una coca?“

Su madre se dirigió al pasillo de reposteria, té y café. 


Maxim coge una bolsa de azúcar de un lado del pasillo y una taza de café del otro lado, escondiéndolos detrás de su espalda. Dice:

„Un grano de azúcar y una cucharita estaban juntos en la tienda.

A la cucharita le gustaría tener una cita con el dulce trozo de azúcar.

“¿Dónde podremos vernos la próxima vez?”

Preguntó la cucharita, y le contestó el azúcar de manera burlona: “¡En un café!“


Y tal como había hecho anteriormente con la broma del ketchup, saca la taza de café que tenía escondida detrás de su espalda. Ahí vamos, ¡me estoy calentando! Vamos a por otro”


Se toma su tiempo para meditar sobre su próximo chiste.

„¡Una broma sobre una madre y su hija va a romper el hielo!“

Mira a su alrededor para encontrar algo relacionado y dice: 

„Una niña le pide un pregunta a su madre por un euro a su mamá para dáarselo a la señora mayor que está dando vueltas por el parque.

Su madre está contenta de que su hija muestre altruismo y amabilidad, le da dos euros y le pregunta: 

“¿Es una sintecho o una vagabunda o ...?”

La hija enrojece y dice: ¡No! ¡Es la mujer que vende helados!“ 

Terminó su frase justamente cuando la madre saca un paquete de helado del congelador, Maxim era un profesional. 


La pequeña se ríe de nuevo, pero su madre sigue con su tontería: 

„Casi terminado, ¡hemos llegado a la caja! Todo está en orden, Adrienne.“

Maxim sigue con su juego:

“¡Nos queda el tiempo justo para hacer una última broma para la pequeña!

Una pequeña niña como tú le pregunta a su abuela si tenía buenos dientes.

Su abuela contestó que tenía los dientes horribles y la niña contestó:

„Perfecto, ¿puedes vigilar mis caramelos mientras yo esté fuera me he ido?“


Y Un con un gesto fluido saca una bolsa de con caramelos del mostrador frente al cajero. La niña está encantada.


„Ve, dice Maxim, su pequeña Adrienne no tiene miedo, se ríe y ¡le gusta r hablar con extraños estando con usted contigo!“ La madre, un poco avergonzada, contesta:

„Mi hija se llama Juli, mi nombre es Adrienne.“