La fórmula de Walter White para conseguir cristal de una pureza del 99,1 por ciento es uno de los secretos mejor guardados del personaje. Pero ¿y el secreto de Vince Gilligan? Él también ha alcanzado la excelencia con Breaking Bad, una serie que ha llegado a amenazar la hegemonía de The Sopranos como la serie de referencia en el imaginario colectivo que forma la opinión de espectadores, crítica y profesionales del medio. Es increíble el éxito de Breaking Bad teniendo en cuenta que en su día fue rechazada por los grandes del cable (incluido el canal HBO). ¿Quién iba a imaginar que la audiencia querría ver lo que le ocurre a un profesor de instituto anodino al que le diagnostican cáncer? Sin embargo, esta premisa sólo era el punto de partida de un arco de transformación en el que asistiríamos a una metamorfosis brutal. Nos encerramos en el laboratorio y pasamos a Breaking Bad por la probeta. Mis investigaciones dan como resultado una fórmula, que apunto en la pizarra: Br + Ac + Se + Al + In.
Br de Bryan Cranston. La intensidad y sobriedad con la que Bryan Cranston habla a la cámara, ya desde la primera escena en la que deja un mensaje a su familia, no es fácil de encontrar en televisión. El actor se mete una pistola en los calzoncillos y logra hacer de ello una escena icónica. En su día hubo productores que dudaron de su capacidad para hacer drama, y cómo se equivocaron. El cambio de registro que realizó está al alcance de muy pocos. Y no sólo eso: hace evolucionar al personaje con una transformación física y mental impresionante. De Mr. Chips a Scarface.
Ac de Acción explosiva. Breaking Bad lleva escrita la palabra drama en mayúsculas. Es una serie que explica el punto de inflexión que supone el diagnóstico de un cáncer en la existencia de un personaje al que la vida no ha tratado bien a pesar de ser buena persona, pero no por ello prescinde de la acción, que suele estallar de forma imprevisible. Tiene un ritmo lento hasta que Tío Salamanca le da al timbre.
Se de Secundarios carismáticos. Walter está rodeado de un catálogo de personajes memorables. Por supuesto, entre ellos destacan Jesse, Skyler y Hank, que forman el círculo más cercano al protagonista (todos interpretados por actores de un gran nivel). Pero no podemos olvidar el carisma de otros aparentemente menores como Gus Fring, Mike o el abogado de delincuentes Saul Goodman, que ha logrado emanciparse en el spin-off Better Call Saul.
Al de Albuquerque. Porque Breaking Bad no sería lo mismo sin esos paisajes fronterizos y áridos que dan a la serie un aire de western. El director de fotografía Michael Slovis lleva al extremo los colores de los espacios naturales. Vince Gilligan no duda en abrazar lo local, construyendo un universo con mucha personalidad. Sólo en Breaking Bad un traficante tiene una tapadera llamada Los Pollos Hermanos.
In de Innovación tras la cámara. En vez de limitarse al clásico plano-contraplano, encontramos planos imposibles que rompen los estándares de la televisión. Picados, planos a través de cristales u otros objetos transparentes, puntos de vista en el interior de una lavadora, cámaras pegadas a una pala y hasta secuencias que imitan el vuelo de una mosca. Breaking Bad tiene una intención artística que otras series simplemente ignoran. Es puro placer estético, el detalle que faltaba –algo así como el color azul del cristal de Walterpara completar una fórmula que es perfección seriéfila.