Si hay una serie responsable de la actual fiebre por la ficción criminal nórdica, esa es Forbrydelsen, titulada The Killing en su emisión en BBC, y que precisamente no hay que confundir con su remake estadounidense, del mismo título. La serie danesa original, producida por el canal público DR1, lleva a la televisión, y con una factura de gran calidad, las principales características de la literatura negra escandinava, con una larga tradición en el norte de Europa, y que en los últimos tiempos goza de gran popularidad gracias al éxito de sagas como Millennium de Stieg Larsson. Fiel a estas raíces, Forbrydelsen utiliza el crimen como un vehículo para explorar la sociedad en la que se desarrolla, indagando en el lado oscuro del llamado estado del bienestar y sumergiendo al espectador en una ambientación lúgubre que refleja los secretos turbios que esconden los personajes. Respetando los cánones del género, Forbrydelsen arranca con el hallazgo del cadáver de una adolescente que por un momento nos hace dudar de si no estaremos viendo Twin Peaks. Pero no, la chica no se llama Laura Palmer, sino Birk Larsen, y su caso destapará muchas otras tramas relacionadas.
Forbrydelsen traza un círculo concéntrico alrededor de la figura de la adolescente y lleva a los investigadores del caso a indagar en todas las personas que forman parte de su vida de un modo u otro. Este círculo concéntrico permite a la serie entrar en diversos ámbitos de la sociedad danesa, siempre explorando lo que muchos personajes intentan ocultar a los detectives (que puede estar relacionado con el caso y tener consecuencias o ser una pista falsa para desviar la atención del espectador). El guión sigue los pasos de la investigación de forma rigurosa, dedicando un episodio a cada día del relato, en una suerte de tiempo real que tiene como objetivo poner sobre los hombros de la audiencia el peso del día a día del caso. El guionista Søren Sveinstrup (del que vale la pena ver la también recomendable Hotellet) evita los atajos en forma de elipsis temporales y convierte la frustración de los detectives en la frustración del espectador. Cuando Sarah Lund y Jan Meyer llegan a un punto muerto, tú también te sientes en un callejón sin salida.
La actriz Sofie Gråbøl transmite la presión de los hechos gracias a la sobriedad y la contención con la que interpreta a un personaje que está tan obsesionado por su trabajo que deja que eso afecte a su vida personal, siendo incapaz de poner barreras. Las ramificaciones del caso se extienden más allá de lo que deberían, haciendo al espectador cómplice de su sentido de la responsabilidad ante lo que descubre. Por otra parte, la serie también explora las dificultades del personaje a causa de su género, pues se trata de una mujer rodeada de hombres. No hace falta decir que en televisión, el papel del detective también pertenece tradicionalmente a los hombres y que elegir a una mujer forma parte del discurso de la serie. Durante sus tres temporadas, Forbrydelsen logró mantener una curva de calidad ascendente, se convirtió en la primera serie danesa en ganar un BAFTA (en 2011), generó un remake estadounidense llamado The Killing (especialmente recomendable a partir de la tercera temporada, cuando sus tramas difieren de la serie original), puso de moda las series criminales nórdicas (Bron/Broen, Blå Ögon y compañía) e inspiró otras ficciones fuera de su país, como las británicas Broadchurch y Fortitude, o la francesa Virage Nord.