Aplicación práctica

Él le enseña a ella aritmética,

él dice que esa es su misión,

la besa una vez y dos y dice:

“Pues bien, esto es suma.”

Conforme él adiciona beso tras beso

en silenciosa satisfacción,

ella dulcemente regresa los besos y dice:

“Y esto, resta.”

Así, él la besa y ella lo besa,

sin ninguna explicación,

y ambos sonríen y dicen:

“Y esto, multiplicación.”

Entonces papá entra en escena y

toma una rápida decisión.

De un puntapié lanza al chico hacia la calle

y dice: “Y esto… es una buena división.”

Dan Clark