CAPÍTULO 12

CUIDADO CON EL LEÓN RUGIENTE

Una de las mayores batallas que las personas afrontan en la batalla por sus mentes es la creencia equivocada en que Dios está enojado con ellas. El diablo sabe que si puede hacerle creer que Dios está enojado con usted, puede mantenerle atrapado en temor, derrota y atadura.

Quiero poner al descubierto esta mentira del diablo y mostrarle por la Palabra de Dios que Dios no está enojado con usted. ¡Él está loco por usted! Dios le ama apasionadamente, y quiere que esté plenamente seguro y confiado en su amor por usted.

Para ser victorioso en la batalla por su mente, es importante que crea con todo su corazón que Dios está a favor de usted y no contra usted. Cuando utiliza el arma de creer correctamente para prevalecer contra las maquinaciones del diablo, la Biblia lo denomina fortalecerse en el Señor:

Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza. Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo. Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.

—Efesios 6:10-12

Dios quiere que usted esté edificado, establecido y fuerte en su amor y su gracia por usted. Crea en su amor y póngase toda la armadura de Dios para que pueda estar firme contra las asechanzas del enemigo.

La armadura de Dios se trata de creer correctamente

Cuando yo era un joven creyente, siempre que escuchaba sobre “ponerse toda la armadura de Dios”, me imaginaba a Bruce Wayne poniéndose la armadura y los instrumentos de su Batitraje. Clic. Él asegura su cinturón. Clic. Se abrocha su capa. Clic. Se pone su máscara. Debido a todos los libros que había leído, incluso solía recorrer mentalmente todos los movimientos de ponerme en la “armadura de Dios” cada mañana, imaginándome a mí mismo poniéndome mi casco, mi coraza y todas las otras partes de la armadura antes de salir de la casa. Si no lo hacía así, realmente me sentía espiritualmente desnudo y, créame, ese no es un buen sentimiento que tener.

Pero la armadura de Dios no es eso.

¡La armadura de Dios se trata de creer correctamente! La batalla es por su mente, y creer correctamente es lo que le mantiene protegido y seguro del asalto del enemigo contra su mente en forma de mentiras, pensamientos negativos e imaginaciones malvadas.

Cómo ponerse la armadura de Dios

Recorramos toda la armadura de Dios (véase Efesios 6:10-12), y observemos que creer correctamente en todo lo que Jesús ha hecho siempre nos conducirá a la victoria.

Comencemos con el cinturón de la verdad. Cuando el diablo llegue con sus mentiras acerca de usted, cíñase el cinturón de la verdad. El diablo no puede engañarle si está usted establecido en lo que la Palabra de Dios dice acerca de usted. Solamente puede hacer incursiones en su mente cuando usted no sabe o está inseguro de lo que la Palabra de Dios dice. Por eso aliento a las personas a que estudien por sí mismas la Palabra de Dios y escuchen mensajes que estén llenos de la gracia y la verdad de Dios. Llene su mente y corazón de verdad, y seguramente derrotará al enemigo.

El diablo no puede engañarle si está usted establecido en lo que la Palabra de Dios dice acerca de usted.

En segundo lugar, ya sabemos que el diablo intentará atacarle con todo tipo de acusaciones y pensamientos condenatorios para hacerle sentir culpable y mal con usted mismo. Por eso cuando está establecido en el regalo de la justicia, sus ataques contra usted no prevalecerán. Todos los dardos de fuego de acusaciones del diablo son ineficaces contra la coraza de justicia que guarda su corazón de todo temor, culpa y condenación.

Y cuando él llegue contra usted con pensamientos de temor, duda y confusión, manténgase firme y defiéndase con el escudo de la fe. En tiempos del apóstol Pablo, un escudo se refería al tipo de inmenso escudo que los romanos utilizaban. Por tanto, no se imagine un diminuto y pequeño escudo. ¡Este escudo es tan grande como una puerta! Vea su fe como un poderoso escudo e imagínese esto: mientras mantenga levantado el escudo de la fe, es usted intocable. A pesar de cuántos dardos de fuego pueda lanzar el diablo contra usted, TODOS ellos serán apagados. Demasiados cristianos están tomando el escudo de la duda y apagando las bendiciones de Dios en cambio. No permita que eso le suceda a usted; afronte su futuro con valentía con el poderoso escudo de la fe.

Ahora bien, el enemigo también llegará para intentar robarle el gozo que usted tiene debido al evangelio de la paz, el cual se describe aquí como calzado. Pero cuando él llegue, el Dios de paz ciertamente aplastará a Satanás bajo los pies de usted.

Otra área que al diablo le gusta atacar en su mente es el área de su salvación. Cuando se encuentre bajo ataque, asegúrese de tener puesto el casco de la salvación. La palabra “salvación” proviene de una hermosa palabra griega: soteria. Ahora bien, no cometa el error de entender la salvación tan sólo como el regalo de la vida eterna. Sin duda alguna incluye la vida eterna, pero la palabra soteria realmente significa mucho más. Es una palabra global que significa liberación (de sus enemigos, enfermedades, depresión, temores y todo mal), preservación, seguridad y salvación.1 Por tanto, póngase el casco de la salvación meditando en Jesús, y sea lleno de la santidad de Dios, su protección y su sensatez. Permita que la soteria de Él proteja su mente contra las mentiras del enemigo.

En último lugar, también ha sido usted equipado con la espada del Espíritu, que es la Palabra de Dios. Blanda la espada del Espíritu orando en el Espíritu y declarando la palabra de Dios a su situación. Declare sus promesas y la verdad de su gracia sobre usted mismo y sus circunstancias para guardar su corazón contra pensamientos de desesperanza y temor.

Amigo, del mismo modo en que la batalla por su mente no es física, toda la armadura de Dios tampoco es una armadura física. Más bien, tiene todo que ver con lo que usted cree en Cristo. Cuando cree correctamente, no hay nada que el diablo pueda hacer con usted. Cada estrategia malvada que él tenga contra usted ciertamente fracasará. Por tanto, fortalézcase en el amor del Señor por usted, y crea que Dios está a su favor y no contra usted. La verdad de Él, su justicia, su fe, su evangelio, su salvación, su Palabra y su Espíritu son todas ellas armas de creer correctamente para protegerle contra todos los ataques del diablo.

Fortalézcase en el amor del Señor por usted, y crea que Dios está a su favor y no contra usted.

Ser “indevorable” delante del león rugiente

El diablo no quiere que se fortalezca en el amor de Dios por usted. En cambio, quiere que cuestione el amor de Dios por usted. Para lograr eso, una de sus estrategias clave es intentar hacerle pensar que Dios está enojado con usted.

La Palabra de Dios nos dice que el diablo anda como león rugiente, buscando a quien pueda devorar. Le doy gracias a Dios porque dice que él “anda alrededor buscando a quien devorar” (1 Pedro 5:8). Eso significa que no puede devorar a cualquiera; debe buscar a aquellos a quienes pueda devorar. Algunos de nosotros somos “indevorables”. Puede que no exista tal palabra, pero sin duda describe un lugar estupendo donde estar cuando el enemigo está al acecho buscando a su próxima víctima.

Quiero enseñarle cómo puede usted llegar a ser “indevorable” para el diablo. El secreto se encuentra en el versículo anterior, 1 Pedro 5:7: “echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros”. ¿Puede verlo? El secreto para ser “indevorable” es estar tranquilo y no abatido por ansiedades y preocupaciones. Es reírse mucho, disfrutar de su vida y no preocuparse por el mañana.

Para la mente legalista, eso suena terriblemente irresponsable. Sin embargo, en la mente de Dios, la mayor responsabilidad que usted tiene es regocijarse siempre en el Señor ¡y no preocuparse por sus errores del pasado, sus circunstancias presentes y sus desafíos futuros! ¿Por qué? Se debe a lo que la gracia de Dios ya ha hecho por usted. Y se debe a que Aquel que tiene el poder sobre la muerte está cuidando de usted en este mismo instante.

La mayor responsabilidad que usted tiene es regocijarse siempre en el Señor ¡y no preocuparse por sus errores del pasado, sus circunstancias presentes y sus desafíos futuros!

Si quiere ver victoria sobre los ataques del enemigo, entonces aprenda a relajarse, a soltar y a dejar todo pensamiento opresivo, preocupación y cuidado en las manos amorosas de Jesús. Crea con todo su corazón que Él cuida de usted y que no está solo en este viaje. Tiene un constante compañero en Jesús en esta gran aventura llamada vida.

Creo que es interesante observar que la Biblia nos dice que el diablo anda como león rugiente (véase 1 Pedro 5:8). En otras palabras, él llega a usted como un león, lo cual significa que no es un león verdadero; tan sólo se disfraza como si lo fuera. ¿Por qué escoge adoptar la forma de un “león rugiente”? Esa era una pregunta en la que medité en mi corazón por mucho tiempo. Entonces, hace muchos años, justamente antes de ir a Israel con un grupo de líderes a finales del año 2002, Dios abrió mis ojos utilizando otro pasaje de la Escritura. Él me mostró por qué el diablo finge ser un león rugiente, y me ayudó a ver el tipo de temor que el diablo intenta causar a nuestras vidas. Yo nunca había escuchado a nadie predicar sobre ello, así que fue una revelación nueva que recibí de parte de Dios.

El diablo imita la ira del Rey

La Escritura que Dios utilizó para responder mi pregunta fue Proverbios 19:12 (NVI): “Rugido de león es la ira del rey; su favor es como rocío sobre el pasto”. Esto es lo que yo llamo permitir que la Biblia interprete la Biblia. Dice en 1 Pedro 5:8 que el diablo anda como un león rugiente, y Proverbios 19:12 es un pasaje paralelo que revela por qué el diablo escoge hacer eso.

Cuando se trata de interpretación de la Biblia, no es tan importante saber lo que dijo este maestro de la Biblia o aquel profesor, o incluso lo que dice el autor de este libro. La Biblia es su mejor comentario, así que permitamos que la Biblia misma explique y revele el corazón que Dios tiene hacia usted.

Ahora bien, ¿quién es “el rey” en Proverbios 19:12? El rey aquí es nuestro Señor Jesús. Él es el verdadero Rey de reyes (véase Apocalipsis 17:14, 19:16). Antes de explicar esto en mayor profundidad, permita que antes establezca que usted no es el objeto de su ira. Cuando el rey está enojado, lo está con la injusticia, con el diablo y con lo que él está haciendo en su vida.

Cuando Jesús mira a una persona que está llena de enfermedad, Él se enoja con la enfermedad pero ama a la persona. Dios ama al pecador, pero aborrece el pecado. Si hay alguien a quien usted quiere que tiene cáncer, usted aborrece el cáncer pero ama a esa persona. Dios aborrece el divorcio, pero ama a quienes se divorcian. Dios aborrece la borrachera, pero ama a las personas borrachas. Dios aborrece el pecado, pero ama al pecador.

Dios aborrece el pecado debido a lo que les hace a los objetos de su amor. El pecado destruye vidas; hace naufragar matrimonios, separa a las personas y evita que los hijos de Dios vivan sus vidas al máximo. Jesús ama a las personas, y por eso pagó el precio supremo en la cruz y una vez para siempre nos redimió del poder del pecado. En Cristo, ¡no tiene que vivir en la esclavitud del pecado!

Por tanto, tengamos claro lo siguiente al cien por ciento: la ira de Dios está dirigida contra cualquier cosa malvada que busque destruirnos. Su enojo y su ira no están dirigidos hacia nosotros, que somos sus hijos. Su ira hacia todos nuestros pecados ha sido completamente satisfecha en la cruz.

Pero el diablo llega a usted disfrazado de león, imitando al Rey. Quiere darle la impresión de que Dios está enojado con usted, aunque Él no lo está.

Seamos claros en otra cosa: hay solamente un verdadero león, y ese es el León de Judá: Jesucristo (véase Apocalipsis 5:5), el Rey de reyes. El diablo anda como un león rugiente porque finge ser Jesús e intenta intimidarle por medio de la impresión de que Dios está enojado con usted. ¡El diablo es un impostor! Quiere hacerle sentir separado y aislado de Jesús; quiere que usted piense que Jesús está diciendo: “No me agrado de ti. En realidad estoy defraudado contigo. ¿Cómo pudiste cometer tal error?”. Amigo, cuando se encuentre pensando esos pensamientos, debe saber que esa voz no es Jesús. Jesús no habla así.

Temor y amor no pueden coexistir

Desgraciadamente, muchos creyentes sinceros y con buenas intenciones caen en la trampa del diablo, y terminan con la creencia errónea en que Dios está defraudado y enojado con ellos. Debido a eso, comienzan a sentirse como hipócritas; dejan de asistir a la iglesia, dejan de leer la Biblia, dejan de escuchar sermones y dejan de hablar a Dios en oración; no porque sean malas personas, sino porque son realmente personas sinceras y responsables que creen que Dios está verdaderamente enojado con ellas.

Aman al Señor, pero debido a esta creencia equivocada en que Él está enojado con ellos, comienzan a dar pasos premeditados para evitar a Dios. Cuando eso sucede, ¿sabe quién ha tenido éxito? El diablo, que anda como león rugiente.

También hay algunos creyentes que puede que ni siquiera sepan que el diablo les ha estado rugiendo. Realmente creen que han errado el blanco de las expectativas de Dios y le han hecho enojar. Viven en un constante estado de intentar aplacar y agradar a ese Dios enojado. En lugar de disfrutar de una relación dulce e íntima con Jesús, sienten que tienen que caminar siempre de puntillas cuando se trata de su andar con el Señor.

Si usted ha tenido tales pensamientos sobre Dios anteriormente, me gustaría compartir con usted este principio tan importante. Subráyelo aquí o escríbalo en algún otro lugar:

Temor y amor no pueden coexistir en una relación sana. Inseguridad y amor no pueden coexistir en una relación verdaderamente íntima.

Tomemos, por ejemplo, nuestra relación con nuestros hijos. En sus tratos con sus hijos, sin duda habrá corrección y guianza, pero usted nunca quiere que sus hijos le tengan temor o se sientan inseguros acerca de su amor por ellos y su aceptación. Temor e inseguridad sólo conducirán al odio. Si sus hijos le temen, crecerán odiándole. Ahora bien, sin ninguna duda, no es ese el tipo de relación que Dios quiere tener con usted y yo, que somos sus hijos.

Entonces, en nuestra relación con Él, ¿de qué quiere nuestro amoroso Padre celestial que seamos conscientes? Leamos el resto de Proverbios 19:12 (NVI): “su favor es como rocío sobre el pasto”. Dios quiere que usted, su hijo amado, viva con una fuerte conciencia de su favor, su aceptación, y que su amor le cubre como el rocío sobre el pasto. Debido a que Jesús ha llevado el juicio por todos los pecados de usted, puede vivir la vida cada día sin ser consciente de juicio sino consciente de favor.

Dios quiere que usted, su hijo amado, viva con una fuerte conciencia de su favor, su aceptación y su amor.

El correcto temor del Señor

Puedo oírle preguntar: “Pero ¿qué entonces sobre el temor del Señor? ¿Qué de Ananías y Safira en la Biblia?”.

Esas son estupendas preguntas, amigo.

He respondido la primera pregunta en mi libro Favor inmerecido.2 También hablo de ello en el capítulo 15. Baste aquí con decir que el “temor del Señor” en el nuevo pacto de la gracia se trata de honrar, adorar y reverenciar a Dios como Dios en nuestras vidas. “Temor” aquí no se refiere a estar aterrado o tener miedo y sentirse amenazado por Dios. Hágase la pregunta: ¿qué comprensión de Dios resuena en su espíritu? ¿Un Jesús amoroso que lo entregó todo por usted, o un Dios enojado que busca cada oportunidad para juzgarle, condenarle y castigarle? El Espíritu Santo en usted le señalará a un Dios de amor, mientras que el diablo fingirá manifestar la ira del Rey y buscará cada oportunidad para rugirle a usted.

En cuanto a Ananías y Safira, descanse en la seguridad de que ellos no eran creyentes. Eran timadores que llegaron a la iglesia primitiva para intentar engañar económicamente al pueblo de Dios. Como un buen pastor, el Señor protege a sus ovejas de los lobos que llegan para molestar y trasquilar a sus ovejas. La historia de Ananías y Safira no debería hacerle sentirse temeroso de Dios, sino más bien darle confianza en que Él cuida de usted y le protege de quienes quieren infringir daño. Es una historia de la protección de Dios, y no del enojo de Dios con su pueblo.3 Si cree que Dios le castigará o le hará caer muerto como a Ananías y Safira, entonces el diablo le ha rugido.

Durante décadas y décadas, Dios ha sido representado por el diablo como un Dios enojado y, desgraciadamente, muchos maestros de la Biblia le han ayudado inconscientemente a pintar una imagen de un Dios que está lleno de ira. Esta descripción de Dios es un error. Ahora estamos bajo el nuevo pacto, y no podrá usted encontrar un solo versículo en el Nuevo Testamento que diga que Dios está enojado con los creyentes debido a sus pecados. Tendría que acudir al Antiguo Testamento para encontrar versículos que hablen de la ira de Dios ante los pecados de su pueblo.

Que Dios no esté enojado con usted, ¿significa que no hay lugar para la corrección de Dios en nuestras vidas? ¿Hay corrección y sabia guianza que provienen de la Palabra de Dios en el nuevo pacto de la gracia? Claro que sí. Pero en cuanto a la ira de Dios hacia usted y sus pecados, todo ha quedado zanjado en la cruz. Le garantizo que cuando usted se acerca a la dulce presencia de Jesús con todos sus desafíos, fracasos y luchas, Él no le rugirá. Él le sanará con su amor y le situará en una trayectoria de libertad de todos sus temores, culpabilidad y adicciones. ¡Jesús es el fin de todas sus luchas!

¡Jesús es el fin de todas sus luchas!

Por qué Dios no está enojado con usted

Debido a que el perfecto amor de Dios es la respuesta para vencer las luchas en su vida, el diablo hace todo lo que puede para alejarle y aislarle de ese amor. Él sabe que usted evitará a Dios si cree que Dios está enojado con usted, al igual que evitaría a alguien con quien tiene una deuda. Mientras la deuda esté sobre su conciencia, nunca se sentirá relajado y tranquilo cuando su acreedor esté cerca.

Lo hermoso sobre Jesús es que Él no sólo pagó la deuda de pecados de toda su vida, sino que también la pagó con creces. Contrariamente a los sumos sacerdotes del Antiguo Testamento, Él no ofreció las sangre de toros y machos cabríos para pagar por los pecados de usted. Este Sumo Sacerdote pagó por los pecados de usted con su propia sangre perfecta y sin pecado. ¡Dios no se mostró suave con el pecado bajo la gracia! De ninguna manera. Él ofreció a su único Hijo, Jesús, que es un pago totalmente abundante por los pecados de usted.

Es como si usted tuviera una deuda de un millón de dólares, pero Jesús pagó mil millones de dólares para saldar esa deuda. La verdad es que si usted supiera quién es Jesús y el valor del Hijo de Dios, sabría que su pago en la cruz valió más que mil millones. Es un pago que ha borrado los pecados de toda su vida: pasados, presentes y futuros, ¡una vez para siempre! Ya no hay un abismo de pecado que le separa a usted de Dios. La cruz manchada de sangre ha establecido el puente.

Ya no hay un abismo de pecado que le separa a usted de Dios. La cruz manchada de sangre ha establecido el puente.

Crea que Dios no está enojado con usted

El capítulo 53 de Isaías en el Antiguo Testamento habla de lo que Jesús logró en el Calvario; su obra en la cruz fue tan eficaz que Dios dice en el siguiente capítulo:

Porque esto me será como en los días de Noé, cuando juré que nunca más las aguas de Noé pasarían sobre la tierra; así he jurado que no me enojaré contra ti, ni te reñiré. Porque los montes se moverán, y los collados temblarán, pero no se apartará de ti mi misericordia, ni el pacto de mi paz se quebrantará, dijo Jehová, el que tiene misericordia de ti.

—Isaías 54:9-10

Amado, es momento de que deje de escuchar el rugido del león y comience a ver a Dios como su Padre celestial que le ama con amor incondicional y que nunca le dejará ni le abandonará, pase lo que pase.

Recibí esta carta de Lorraine, que vive en Louisiana. Dejaré que hable por sí misma mientras usted se inunda del modo en que una persona puede ser completamente cambiada al creer las cosas correctas sobre nuestro Padre celestial. Lo único que yo puedo decir es: ¡Aleluya!

He sido una cristiana nacida del nuevo por veintidós años desde que entregué mi vida a Jesús en la universidad. Actualmente, a los cuarenta y cuatro años de edad, tengo un maravilloso esposo y una hermosa hija de un año y medio. ¡Me encanta mi vida!

Por tanto tiempo como puedo recordar, siempre he amado a Jesús, pero había vivido toda mi vida sintiéndome culpable porque creía que Dios estaba siempre enojado conmigo. Siempre había sentido que no era capaz de hacer suficiente “bien” o suficientes “cosas buenas”. Después de entregar mi vida a Cristo, ese sentimiento de no ser lo bastante buena en realidad empeoró porque sentía una mayor responsabilidad de estar a la altura de una norma más elevada para tener una buena relación con Dios. Siempre me estaba arrepintiendo, siempre sintiendo que había fallado y que lo mejor que hacía nunca era suficiente.

Estoy en el proceso de leer Destinados para reinar, y solamente estoy en el capítulo 9. Tengo que leer este libro muy, muy lentamente para poder digerir su contenido. No puedo decirle el modo en que mi vida ha cambiado desde que comencé a leer su libro.

No fue hasta que comencé a leerlo cuando me sentí aliviada del peso de no ser lo bastante buena. Ha conmovido los fundamentos mismos de mi mundo y ha disuelto la inseguridad que he tenido acerca de Jesús y de su amor por mí.

Cuarenta y cuatro años de mi existencia y mi mentalidad previamente dolorosas se han IDO. Soy CAMBIADA para siempre. Soy perdonada. No puedo seguir con el resto de este libro sin detenerme para dar gracias al Señor por usted y por darle el mensaje de la gracia para difundirlo por todo el mundo.

¡No le encanta que cuando llega el creer correctamente, años de una existencia y mentalidad dolorosas son apartados y se produce un cambio permanente y liberador!

De eso se trata, amigo. Ganar la batalla por su mente se trata de su libertad en Cristo Jesús, su Señor y Salvador. Fortalézcase en su amor por usted. Póngase la armadura de Dios, y no permita que ninguna creencia errónea le robe una vida de gran gozo y gran paz. Recuerde: Dios no está enojado con usted, Él está loco por usted.

Dios no está enojado con usted, Él está loco por usted.