En este último capítulo de nuestro viaje para descubrir el poder de creer correctamente, quiero hacerle una pregunta sencilla y a la vez crítica.
Incluso si se olvida de todo lo demás que ha leído en este libro (desde luego, ¡oro que no sea así!), memorice esta verdad que estoy a punto de decirle. Aliméntese de ella, y permita que eche raíces en su espíritu y se convierta en un ancla en su vida. Le prometo que nunca más volverá a ser el mismo.
¿Está preparado? Aquí está:
Como hijo de Dios, a pesar de lo que suceda en su vida, su Padre celestial le ama y nada de lo que usted haga podrá cambiar nunca eso.
¿Creerá eso hoy?
Ya sea que esté pasando por buenos momentos o afrontando momentos de desafío, necesita saber que su Abba le ama. No hay nada que usted pueda hacer jamás para que Él le ame más, y no hay nada que pueda hacer jamás para que Él le ame menos.
No hay nada que usted pueda hacer jamás para que Él le ame más, y no hay nada que pueda hacer jamás para que Él le ame menos.
Incluso, o quizá especialmente, cuando siente que ha fracasado, sepa que siempre será la niña de los ojos de Él. Siempre.
Dios le ama con amor eterno (véase Jeremías 31:3). Un amor que es el mismo ayer, hoy y para siempre. Sienta a su Papá Dios rodeándole en su abrazo en este momento. Está usted seguro. Es usted profundamente amado y completamente aceptado. Él le amó antes de que usted ni siquiera le conociera. Su amor por usted no tiene nada que ver con algo de lo que usted haya hecho por Él. Y por eso puede estar seguro en el conocimiento de que nada de lo que usted haga afectará el amor firme e incondicional de Él por usted.
No hay nada que usted tenga que demostrar; tan sólo necesita descansar. Descanse y reciba el amor de su Abba por usted. Deje que su vida se establezca y se arraigue en un amor tan perfecto que ningún desafío o adversidad será capaz de derribarle. Si cree que ha estropeado las cosas, ahora es el momento de que acuda a su Padre. En sus amorosos brazos encontrará esperanza, seguridad y refugio de cualquier tormenta.
Me encanta como lo expresa el apóstol Pablo: “¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada?… Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro” (Romanos 8:35, 37-39).
Amado, nada ni nadie pueden separarle jamás del amor de su Padre. ¿No le encanta ese completo sentimiento de seguridad en el fundamento inconmovible de la promesa de Dios para usted? No hay advertencias ni descargo de responsabilidades cuando se trata del amor de su Padre celestial. La Biblia afirma claramente que nada podrá separarle del amor de su Padre celestial. Es una declaración absoluta y una promesa. “Nada” significa nada. Como creyente, eso significa que incluso sus errores, fracasos y pecados no pueden separarle del amor de su Padre. ¡Aleluya!
De hecho, es el amor del Padre por usted el que le da la capacidad de vencer cada error, fracaso y pecado en su vida. La Biblia lo expresa de este modo: “Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia” (Romanos 6:14). Lo que esto significa es que cuanto más experimenta el amor y la gracia de su Padre celestial, más se enamora de Él y se desenamora del pecado.
Es el amor del Padre por usted el que le da la capacidad de vencer cada error, fracaso y pecado en su vida.
Como muchos de los testimonios que hemos leído a lo largo de este libro, descubrirá que adicciones destructivas pierden su poder sobre su vida. Me gusta el modo en que la Nueva Traducción Viviente traduce Romanos 6:14: “El pecado ya no es más su amo, porque ustedes ya no viven bajo las exigencias de la ley. En cambio, viven en la libertad de la gracia de Dios”. ¿No es hermoso? Hoy, está usted viviendo bajo la libertad de la sorprendente gracia de Dios: el favor de Él inmerecido y que no puede alcanzarse en su vida. La gracia le da libertad. Libertad de la carencia, del temor, de las adicciones, del tormento de la culpa, ¡y de toda maldición y todo pecado!
¿Sabía que el enemigo no tiene poder sobre personas que saben que su Padre les ama? Si Adán y Eva hubieran creído en el amor de Dios por ellos, el diablo no habría tenido éxito al tentarlos. Desgraciadamente, ellos decidieron creer la mentira que la serpiente había plantado al retratar a Dios como tacaño y egoísta, como si Él estuviera reteniendo de ellos algo bueno.
Por eso quiero que usted se ancle firme en el amor del Padre. Entonces será usted inconmovible; no tendrá deseo alguno de tocar ciertas cosas, de ir a ciertos lugares o de relacionarse con ciertas personas. Se mantendrá alejado de influencias negativas porque confía en el corazón de su Padre y cree que Él solamente quiere lo que es mejor para usted. Usted descansa, sabiendo que Él le está observando para protegerle y guardarle del daño.
Ánclese firme en el amor del Padre. Entonces será usted inconmovible.
He visto que los niños que están seguros en el amor de su padre son capaces de decir no a todo tipo de tentaciones. Eso se debe a que el vacío en sus vidas ya está lleno, y no tienen que hacer cosas para ganarse la aprobación de sus amigos cuando pueden encontrar absoluta seguridad, identidad y aprobación en el amor de sus padres por ellos y, sobre todo, en el amor de su Padre celestial por ellos.
Del mismo modo, cuando confiamos en el amor de nuestro Padre celestial por nosotros, tendremos la capacidad de decir no a las tentaciones. Cuando tiene asentada una revelación de lo valioso, precioso y justo que es usted en Cristo, se vuelve cada vez más fácil decir no al pecado.
Permítame ilustrarlo. Si lleva puesta una camisa hermosa y muy blanca, ¿querría jugar en el barro? ¡Claro que no! ¿Por qué? Porque es usted consciente de que su camisa resplandecientemente blanca y el barro no van unidos. De manera similar, cuando usted reconoce su identidad de justicia en Cristo, ¿querría revolcarse en el barro y la suciedad del pecado? Lo cierto es que cuanto más consciente de justicia sea y más consciente de lo valioso y precioso que es usted en Cristo, más sabrá que su identidad de justicia en Cristo y el pecado no van juntos; y más experimentará el poder de decir no a la tentación.
Cuando Jesús fue bautizado en el río Jordán, la Palabra de Dios registra que cuando salía de las aguas “y he aquí los cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venía sobre él. Y hubo una voz de los cielos, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia” (Mateo 3:16-17).
Me encanta el modo en que la Biblia describe que los cielos le fueron abiertos a Jesús. Creo que siempre que Jesús es predicado, los cielos se abren a Él. Eso significa que cuando oímos mensajes que hablan sobre Jesús, realmente estamos bajo un cielo abierto, y todas las bendiciones, favor y bondad de Dios caen sobre nosotros.
Después del bautismo de Jesús, el Espíritu le condujo al desierto, y el diablo llegó para tentarle diciendo: “Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan” (Mateo 4:3).
Hace muchos años cuando estudiaba eso, el Señor abrió mis ojos y me mostró que el diablo sutilmente había dejado fuera la palabra “amado”. Solamente momentos antes, Dios Padre acababa de afirmar a Jesús como su Hijo amado en el río Jordán. Sin embargo, cuando el diablo llegó para tentar a Jesús, eliminó la palabra “amado” y sencillamente dijo: “Si eres Hijo de Dios…”.
El Señor me reveló que si a usted le recuerdan que es el amado del Padre, ¡nunca podrá ser tentado exitosamente! Incluso el diablo lo sabía, y por eso eliminó la palabra “amado” cuando habló a Jesús. Ahora bien, ¡esa es una poderosa verdad!
Por tanto, cada vez que sea usted tentado, tan sólo recuérdese a sí mismo: “Soy el hijo amado de Dios, y mi Padre me ama”. Ninguna tentación puede triunfar sobre usted cuando descansa seguramente en el amor de su Padre.
Ninguna tentación puede triunfar sobre usted cuando descansa seguramente en el amor de su Padre.
Quiero decir unas rápidas palabras a todos los padres que están leyendo esto: la aprobación del padre es lo que dará al hijo la capacidad de sobresalir. Por tanto, cuando usted declare palabras de aprobación y afirmación a sus hijos, realmente les está capacitando para el éxito. Ellos afrontarán cada tentación de frente y serán victoriosos en la vida.
Observemos la respuesta de Jesús. Él no tenía que demostrarle al diablo que era el Hijo de Dios. Seguro en su identidad como el Hijo amado de Dios, sencillamente respondió: “Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios” (Mateo 4.4).
Cuando estaba estudiando este versículo, el Señor me dijo: “Estudia las palabras que proceden de la boca de Dios. Son las palabras de las que quiero que mi pueblo viva”.
¿Recuerda qué palabras había dicho el Padre en el río Jordán? Eso es. Él dijo:
“Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia”.
¡Quiero alentarle a personalizar esto y meditar en ello cada día! Así es como el Padre le ve a usted hoy. Él le ve en Cristo, y en Cristo es usted su hijo precioso y amado, en el cual Él tiene complacencia. Ponga su mano sobre su corazón y escuche a su Padre celestial decirle estas palabras:
“Tú eres mi Hijo amado, en quien tengo complacencia”.
¿Creería eso con todo su corazón hoy?
Si está batallando para vencer un trastorno o adicción, cierre sus ojos y escuche a su Padre decirle: “Tú eres mi hijo amado, en quien tengo complacencia”. Cada vez que se sienta temeroso, cada vez que esté consumido por la preocupación, el enojo o la depresión, escuche a su Padre decirle: “Tú eres mi hijo amado, en quien tengo complacencia”.
Sí, en medio de cualquier fracaso que pueda estar experimentando, es usted su hijo amado, y Él se complace con usted porque está usted en Cristo.
Siga escuchándolo y repitiéndolo hasta que encuentre reposo, paz y gozo inundando su corazón. Si siente ganas de llorar en presencia de Él, lloré. Él sabe lo que usted está pasando y entiende, de un modo que ninguna otra persona puede hacerlo, el dolor, la herida, el sufrimiento y la pérdida que está usted experimentando.
¡Pero pastor Prince, yo no he hecho nada para conseguir agradar a Dios!
Tampoco lo hizo Jesús. Dios llamó a Jesús su amado y dijo que tenía complacencia en Él antes de que Él ni siquiera realizara un solo milagro o acto de servicio para Él. Mire, su Padre se complace en Jesús no debido a lo que Él haya hecho, sino debido a quién es Él. ¿Ha entendido eso? Si no, por favor vuelva a leer la última frase.
Jesús no tuvo que hacer nada ni lograr nada antes de ser considerado amado y agradable ante el Padre. La buena noticia para usted y para mí hoy es que nuestro Padre celestial nos ha hecho “aceptos en el Amado”, y “en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia” (Efesios 1:6-7).
Esto es cierto para cualquier creyente de Jesús. En el momento en que usted le recibió en su vida, Dios Padre le hizo acepto en el Amado.
Sabemos que la palabra “Amado” aquí se refiere a Jesús. Por tanto, ¿por qué no dijo Dios “acepto en Jesucristo”?
Se debe a que Dios quiere que usted sea consciente de que ahora es parte de la familia y es amado para Él del mismo modo en que lo es Jesús. Además, la palabra “acepto” en el original griego es una palabra mucho más rica en significado de lo que puede expresar la traducción en español. Es la palabra charitoo, y significa “muy favorecido”.1 Esta palabra se utiliza sólo otra vez en la Biblia, cuando el ángel Gabriel se apareció a María y le dijo: “¡Salve, muy favorecida! El Señor es contigo; bendita tú entre las mujeres” (Lucas 1:28).
Por tanto, usted y yo no sólo somos aceptados en el Amado, que ya es fantástico, sino que somos más precisamente muy favorecidos en el Amado: Jesucristo. De hecho, el erudito griego Thayer dice que charitoo también significa que estamos rodeados de favor.2 Por eso en mi iglesia nos gusta proclamar y declarar que somos muy favorecidos, grandemente benditos y profundamente amados. Es una potente declaración y un importante recordatorio de que usted no está solo y abandonado a su suerte en la vida. Tiene un Padre en el cielo que le ama, le favorece, le protege y cuida de usted y de todos sus seres queridos.
Tiene un Padre en el cielo que le ama, le favorece, le protege y cuida de usted y de todos sus seres queridos.
Me encanta este sincero comentario que recibimos de Gina, que vive en Maryland. Escuche cómo ella ha sido transformada por el amor del Padre:
Apreciado pastor Prince:
He sido cristiana por treinta y cuatro años. Desde que descubrí sus enseñanzas, siento como si hubiera sido liberada de treinta y cuatro años de estar en una cárcel de legalismo cristiano, reglas y listas de cosas que tenía que hacer para conseguir que Dios me ayudara y me bendijera.
Antes de oír el evangelio de la gracia no adulterado, prácticamente había renunciado a mi vida como cristiana. Sí, seguía creyendo que iría al cielo, pero raspando. Ni siquiera oraba ya, porque sentía que tenía tantos problemas que probablemente no estaría orando bien, así que de todos modos ¿por qué molestarme? Aborrecía leer la Biblia porque para mí era sólo un recordatorio de todas las cosas que yo estaba haciendo mal y de todas las cosas que tenía que hacer si quería la ayuda de Dios.
Pero ahora parece que nunca tengo suficiente de la Palabra de Dios porque la veo como una carta de amor de Dios en lugar de un libro de reglas que yo no puedo cumplir. Tampoco me canso de escuchar los sermones que obtengo de usted, y siento como si me hubieran dado alimento sano y nutritivo después de haber pasado treinta y cuatro años comiendo comida basura. Escucho sus sermones una y otra vez. Me encuentro pasando cada vez más tiempo en la Palabra porque es FINALMENTE verdaderamente BUENAS NOTICIAS lo que oigo. Quiero saber más acerca de quién es Dios.
Por primera vez en mi vida, mis hijos, que tienen unos veinte años, también están EMOCIONADOS en cuanto a Dios. Todos estamos leyendo Destinados para reinar y escuchamos constantemente enseñanzas de su ministerio. Recientemente estaba pensando sobre el Dios a quien ahora conozco como mi Abba Padre, y me sentía abrumada por su amor por mí. Comencé a decir: “Te amo”. De repente, me di cuenta de que no hay palabras para expresar adecuadamente el amor que siento por Él ahora. Esas dos pequeñas palabras sencillamente no pueden expresarlo. A veces siento como si mi corazón fuese a explotar debido al amor que siento por Él ahora, ¡porque finalmente creo que Él siente lo mismo con respecto a mí!
Adicionalmente, cosas que he estado intentando dejar durante DÉCADAS ahora están comenzando a desvanecerse a medida que descanso en Dios, sabiendo que Él me seguirá amando a pesar de todo. Quién iba a saber que NO intentar “ser buena” produciría un cambio de corazón y después también me cambiaría en el exterior. No puedo creer que todo esto haya estado a mi disposición todo el tiempo.
Estoy tan feliz ahora que ni siquiera puedo describirlo. Sí, sigo teniendo mi parte de desafíos, pero las cosas se ven muy distintas cuando uno sabe que Dios no sólo PUEDE manejarlo, sino que también lo MANEJARÁ cuando uno descansa y le permite que sea el Papá que Él quiere ser.
No puedo agradecerle demasiado su ministerio y su obediencia a Dios para llevarnos esta Palabra transformadora a sus hijos. He sido cambiada para siempre, y le hablo a todo el mundo sobre el evangelio de la gracia que usted predica. Dios es maravilloso, y espero con ilusión los próximos setenta años de mi vida caminando en su gracia y compartiéndola con su pueblo.
¿No le encanta leer sobre vidas que son cambiadas y transformadas cuando tienen un encuentro con el amor del Padre? Me encanta lo que Gina compartió sobre que ahora conoce a Dios como su Abba Padre. ¿No es sorprendente que se pueda haber sido cristiano por más de tres décadas y aún no haber tenido la oportunidad de tener un encuentro con el amor del Padre? Me siento muy agradecido y humillado porque Dios me haya dado el honor y el privilegio de revelar al Padre a esta preciosa señora y a su familia. Oro para que usted también experimente lo que ella ha experimentado. En su carta, ella literalmente rebosa de amor y gozo, y me alegra el corazón ver a su familia tocada también por nuestro amoroso Padre celestial.
Crea en el amor del Padre por usted. Vea su gracia. Acuda confiadamente a su trono de gracia y reciba ayuda en su momento de necesidad. En su carta de oración, Gina compartió que había cosas que ella había estado intentando dejar durante DÉCADAS pero no podía. Sin embargo, en el momento en que comenzó a encontrar seguridad en el amor de nuestro Abba Padre por ella y tuvo la revelación de que Dios iba a seguir amándola a pesar de todo, comenzó una transformación sin esfuerzo desde su interior, y esas cosas comenzaron a desvanecerse.
Crea en el amor del Padre por usted y reciba ayuda en su momento de necesidad.
Cuando usted ve y cree que el amor del Padre está brillando sobre su vida, la oscuridad se desvanece. La depresión se desvanece. Los trastornos alimenticios se desvanecen. Los pensamientos de suicidio se desvanecen. Los temores se desvanecen. Adicciones destructivas se desvanecen. Cuanto más se sitúa usted bajo la gracia de Él, menos dominio tendrá el pecado sobre su vida. La tentación no tendrá poder sobre usted cuando está saturado del amor del Padre, de su aprobación, favor y aceptación. Toda esta libertad puede ser de usted cuando verdaderamente cree que:
Usted es su hijo amado en quien Él tiene complacencia.
Esta es mi oración por usted, amigo. Oro para que usted comience a comprender y creer lo ancho, lo largo, lo profundo y lo alto del amor incondicional de su Padre por usted. Descanse en el amor del Padre por usted y no en su amor por Él. Y que pueda experimentar victoria sobre todo temor, todo sentimiento de culpa y toda adicción en su vida.