Lectura bíblica: Jueces 5
Despierta, despierta, Débora; despierta, despierta, entona cántico. Levántate, Barac, y lleva tus cautivos…
JUECES 5:12
El profeta Joel dijo: “¡Despertad a los valientes, despertad a las valientes!”. Estoy aquí para despertar sus sueños, despertar sus talentos, despertar su potencial, despertar lo que Dios puso en usted. Quizá permitió que algunas circunstancias lo convencieran de que algo nunca sucederá, pero yo creo que usted empezará a sentir algunas patadas en su interior. Ese bebé, ese sueño, esa promesa aún vive en usted. Será mejor que se prepare. Dará a luz a algo que le llevará más allá de lo que usted jamás imaginó. Lo impulsará a un nuevo nivel de su destino.
Una dama me contó que había tenido un derrame cerebral. Había estado en el hospital durante tres semanas y, finalmente, había podido regresar a casa; sin embargo, estaba muy deprimida. Ella pensaba que nunca podría volver a caminar. Perdió su pasión, perdió su impulso. Pero la Escritura habla acerca de pelear la buena batalla de la fe. Todos hemos tenido malas circunstancias y decepciones. Esos desafíos no están allí para derrotarlo; están allí para promoverlo. Al otro lado hay un nuevo nivel de la bondad de Dios. Pero usted tiene que hacer su parte y recuperar su fuego.
Un domingo, esta dama me escuchó hablando en televisión acerca de cómo Dios quiere restituir lo que ha sido robado, de la forma en que Él puede dar belleza por cenizas, la manera en que usted aún puede vivir plena y saludablemente. Cuando escuchó eso, ella dijo que algo despertó en su espíritu. Algo tomó vida en su interior. ¿Qué sucedió? Ese bebé empezó a patear. Ella ya estaba embarazada de sanidad. Dios ya tenía la restauración allí, pero cuando su espíritu cobró vida, cuando empezó a creer, allí fue cuando las cosas empezaron a cambiar. En lugar de estar pensando: Nunca volveré a caminar. Nunca me pondré bien, ella empezó a declarar: “Estoy sana. Soy fuerte. Soy capaz. Estoy restaurada”. Contra toda posibilidad, ella empezó a caminar de nuevo. Está poniéndose más fuerte y sana. Todo empezó cuando algo despertó en su espíritu.
Padre, gracias por tu llamado para que yo despierte y vea la promesa y el sueño que pusiste en mí. Gracias porque los desafíos de mi vida, las malas circunstancias y las decepciones están allí para transformarme y no para vencerme, para enfocar mi mente en ti y en tus promesas y no en mis circunstancias. Pelearé la buena batalla de la fe. En el nombre de Jesús. Amén.
PENSAMIENTO PARA HOY
Quizá, al igual que ella, usted ha permitido que algo le robe su pasión. Reconozca que todo lo que necesita ya está en usted. Si aviva su fe, como lo hizo ella, y se pone de acuerdo con Dios, dará a luz a su sanidad, dará a luz a sus sueños, dará a luz a esas promesas.