Lectura bíblica: Números 14
… no teman al pueblo de esa tierra. ¡Para nosotros son como presa indefensa! ¡Ellos no tienen protección, pero el Señor está con nosotros! ¡No les tengan miedo!
NÚMEROS 14:9, NTV
Cuando mi padre se fue con el Señor, pensé que Dios enviaría a un pastor principal con una personalidad dinámica y una voz resonante y con varios títulos académicos. Buscaba y pensaba, ¿Dónde está? Siempre, en mi interior, podía escuchar una pequeña voz suave diciendo: “Joel, es tu momento. Este es tu momento. La promesa está en ti”. Dije, “Dios, yo no tengo una voz resonante. No tengo una personalidad dinámica. No tengo los títulos”. Dios dijo: “Joel, yo te formé antes de la fundación del mundo. Puse en ti todo lo que necesitas. No te pediría que lo hicieras si no tuvieras lo que se necesita”. Di el paso y descubrí que yo era la respuesta a mis oraciones.
Quizá usted está orando por otra persona que venga y haga que su sueño se realice. Dios dice: “Tú eres la respuesta a tu oración. Estás equipado y ungido; puedes hacer algo grande”. Al igual que con Sara, solo porque nosotros no creamos que sucederá, Dios no cambia de parecer. Sara esperó más o menos una docena de años para dar a luz a Isaac. Aún va a dar a luz todo lo que Dios ha puesto en su corazón.
Esto es lo que hizo Caleb. Él y Josué eran dos de los doce hombres que Moisés envió a espiar la Tierra Prometida. Ellos regresaron diciendo: “Podemos tomar la tierra; vamos de inmediato”. Ellos sabían que la promesa estaba en ellos, pero el informe negativo de los otros diez espías convenció a toda la nación de Israel de que ellos no podrían vencer a sus enemigos, y nunca entraron a la Tierra Prometida.
Cuarenta años después, cuando Caleb tenía ochenta y cinco años de edad, él sabía que la promesa todavía estaba en él. Regresó al lugar donde había estado cuarenta años antes y declaró: “Dame esta montaña”. Esa montaña tenía tres gigantes feroces viviendo allí, los gigantes que los otros diez espías dijeron que los había hecho sentir como saltamontes. Pudo haber sido mucho más fácil pedir por una montaña con menos oposición. Sin embargo, a los ochenta y cinco años de edad, sacó a los gigantes, tomó la montaña y vio al sueño hecho realidad.
ORACIÓN PARA HOY
Padre celestial, gracias porque ya sea que tu promesa se cumpla en mi vida hoy o dentro de diez años, tú la harás realidad en tu tiempo perfecto, y no cambiarás de parecer. Gracias porque yo también puedo decir: “Dios, dame esta montaña”. Creo que todo gigante, esas cosas que son contrarias a tus promesas, serán conquistadas. En el nombre de Jesús. Amén.
PENSAMIENTO PARA HOY
Reavive su fuego, recupere sus sueños. Tenga la misma actitud que tuvo Caleb: Dios, esto es lo que Tú me prometiste, y no voy a conformarme con la mediocridad cuando sé que pusiste grandeza en mí. Sí, ha pasado mucho tiempo. He atravesado decepciones. Pero, Dios, todavía creo que la promesa está en mí.