Lectura bíblica: Isaías 45
Y te daré los tesoros escondidos, y los secretos muy guardados, para que sepas que yo soy Jehová, el Dios de Israel, que te pongo nombre.
ISAÍAS 45:3
Hace años, yo solía pensar: Si tuviéramos un edificio más grande Si tuviéramos más miembros Si yo pudiera ministrar mejor Si tuviera más experiencia. Siempre había algo que no tenía o no podía hacer, siempre había una razón por la que no me sentía bien de mí mismo. Estos pensamientos le habrían puesto límite a mi forma de vida si no los hubiera cambiado.
Un día, me di cuenta de lo que le estoy diciendo: Tengo lo que necesito para esta época en la que estoy en este momento. Tengo la fuerza que necesito para hoy. Quizá no sea suficiente fuerza para mañana, pero está bien. Cuando el mañana llegue, Dios me dará la fuerza para ese día. Tengo el talento, las cualidades y la experiencia que necesito para este momento. Quizá no sea tanto como lo de alguien más, pero está bien. No estoy compitiendo con ellos. Estoy compitiendo conmigo para poder ser lo mejor que pueda ser.
Varios años atrás, alguien publicó un artículo que hablaba que yo no había asistido al seminario y que no estaba calificado para liderar un ministerio grande. Al principio, me molestó. Luego, leí Gálatas uno, donde el apóstol Pablo, quien escribió cerca de la mitad del Nuevo Testamento, dijo: “No fui nombrado apóstol por ningún grupo de personas ni por ninguna autoridad humana, sino por Dios Padre, quien levantó a Jesús de los muertos”.
Quizá usted no sea aprobado por la gente. No se preocupe por eso. Es aprobado por Dios. Su llamado no viene de las personas. La gente no determina su destino. La gente no puede detener el plan de Dios para su vida. Dios lo llamó. Dios lo equipó. Dios lo ungió. Cuando llegue al final de su vida, usted no tendrá que rendirle cuentas a la gente. Tendrá que rendirle cuentas a Dios Todopoderoso. No permita que lo que una persona haga o diga, le obligue a sentirse inferior o no calificado. Usted ha sido cuidadosamente escogido por el Creador del universo. No carece de nada para la época en la que está ahora. Deje de pensar acerca de todas las cosas que no tiene y todas las cosas que desearía que fueran diferentes.
Padre que estás en los cielos, gracias porque tú me conoces por nombre y porque tu llamado para mi vida no está sujeto a la aprobación de otra gente. Gracias porque me has libertado para vivir para ti y para convertirme en lo mejor que pueda ser. Confío en ti con todo mi corazón. En el nombre de Jesús. Amén.
PENSAMIENTO PARA HOY
Mi pregunta es: “¿Confiará en Él?”. ¿Mantendrá una buena actitud y dará lo mejor de sí, aunque esté tardando más de lo que esperaba, aunque el problema no ha cambiado aún y aunque su sueño no se ha hecho realidad? Si usted es fiel donde está ahora, sabiendo que tiene exactamente lo que necesita para su situación actual, Dios le hará llegar a donde usted deba estar.