Día 2

La corona le pertenece

Lectura bíblica: Apocalipsis 3

Pues si por la transgresión de uno solo reinó la muerte, mucho más reinarán en vida por uno solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia.

ROMANOS 5:17

Cuando alguien trata de hacerle sentir inferior, hace comentarios despectivos. En lugar de molestarse y creer lo que dicen los demás, solo levante las manos y ajuste su corona. Ellos no pueden cambiar lo que es usted a menos que se los permita. No controlan su destino. No determinan su valor. No soplan vida en usted; Dios sí. Él lo llama una obra maestra. Él dice que usted es un rey, una reina. Se espera que usted reine en la vida. Por eso Él puso la corona de honra en su cabeza. Es para recordarle la persona que es usted.

El error que cometemos con mucha frecuencia es creer esas mentiras. Alguien dice: “No tienes tanto talento”. En lugar de decir: “No, gracias”, decimos: “Oh, tienes razón. Permíteme quitarme la corona. Pensé que tenía talento”. El mensaje viene a nosotros: “Tú no eres de la realeza. No provienes de la familia correcta. Nunca harás algo grande”. En lugar de ignorarlo, de no dedicarle tiempo, pensamos: ¿Qué estaba pensando? Dejen que me quite la corona.

¿Qué estoy diciendo? La gente no determina su destino. Ellos no saben lo que hay en usted. No se quite la corona porque alguien le juzgó por lo que vio externamente. Alguien le dijo que no tiene suficiente talento, que no es lo suficientemente atractiva, que no es lo suficientemente alto, que no es lo suficientemente listo. Usted no tiene que tenerlos a ellos animándole. Mantenga su corona puesta, siga dando lo mejor de sí, continúe honrando a Dios y Él le llevará a donde usted debe estar.

La herramienta principal del enemigo es el engaño. No hay nada que le guste más que usted vaya por la vida sin portar su corona, permitiendo que la gente y las circunstancias lo convenzan de: “No mereces ser bendecido. No tienes lo necesario. Has pasado por muchas cosas. No puedes sentirte bien de ti mismo”. ¡No se atreva a entregar su corona! Le pertenece a usted. Su Creador la puso allí. No tiene nada que ver con la forma en que se siente, cómo se ve o lo que la demás gente diga. El único fundamento es que usted es hijo del Dios Altísimo. Él le ha coronado con gloria y honra.

ORACIÓN PARA HOY

Padre, gracias por tu provisión abundante de gracia para que yo pueda reinar en mi vida a través de Jesucristo. Gracias porque la corona de honor no tiene relación alguna con lo que yo sienta o lo que otros digan. Creo que es mía, así como el regalo de justificación. En el nombre del Señor. Amén.

image

PENSAMIENTO PARA HOY

¿Alguna decepción, una mala circunstancia o un divorcio ha provocado que usted perdiera su pasión por la vida? Su corona espera por usted. Vuelva a soñar. Vuelva a creer. Vuelva a tener esperanza.