Lectura bíblica: 1 Samuel 1
Por este niño [Samuel] oraba, y Jehová me dio lo que le pedí. Yo [Ana], pues, lo dedico también a Jehová; todos los días que viva, será de Jehová. Y adoró allí a Jehová.
1 SAMUEL 1:27–28
Conozco a un joven a quien le encantaba jugar béisbol. Era su pasión desde niño, pero cuanto trató de ingresar al equipo de la escuela, el entrenador no le dio oportunidad alguna. Él dijo: “Lo siento, hijo. No puedes intentarlo. Eres demasiado bajo de estatura. Nunca podrás entrar en este equipo”. El entrenador no estaba tratando de ser grosero. Él solamente lo estaba viendo en lo natural. Sin embargo, solo porque alguien no cree en usted no significa que eso tenga que detener su sueño.
Ese día, este joven regresó a su casa muy desanimado; su anhelo era jugar béisbol. Pero en lugar de quedarse sentado por ahí sintiéndose derrotado, pensando que no era lo suficientemente bueno, él retuvo su corona. Su actitud era: El entrenador puede decir que soy muy bajo de estatura, pero yo sé que no soy un error. Tengo la estatura adecuada. Tengo lo que necesito para cumplir con mi destino. Un par de semanas después, la escuela anunció que debido a que muchos niños se presentaron a la prueba, estaban formando un segundo equipo. Él volvió a intentarlo y fue aprobado. Estaba muy emocionado porque iba a jugar, aunque él sabía que estaba en el equipo de los “menos talentosos”. Esos dos equipos de la misma escuela jugaron en la misma división junto con otros diez equipos. Los dos equipos terminaron disputándose el campeonato. Este joven era el pícher en el equipo “menos talentoso”. Aunque se le había dicho que era muy bajo de estatura, él dejó fuera a un bateador tras otro. Terminaron venciendo al equipo “más talentoso” y ganaron el campeonato de la división.
La razón por la que la gente no siempre lo anima y lo insta a seguir es porque ellos no pueden sentir lo que usted siente. Dios no puso el sueño en ellos; lo puso en usted. No permita que el desánimo robe su entusiasmo. Mantenga puesta su corona. Siga creyendo. Siga teniendo esperanza. Siga buscando. Usted no necesita que todos estén a su favor. Usted y Dios son mayoría. Cuando usted porte su corona, Dios abrirá puertas que ningún hombre puede cerrar. Él le ayudará a cumplir lo que usted no pudo cumplir por sus propios medios. Él no habría puesto el sueño en usted si Él, en realidad, no tuviera una manera que convertirlo en realidad.
ORACIÓN PARA HOY
Padre celestial, gracias porque venciste todo el desánimo que Ana experimentó y ella recuperó su corona, y yo también puedo hacerlo. Ayúdame a seguir creyendo, esperando y buscando. Creo que abrirás puertas que nadie puede cerrar. En el nombre de Jesús. Amén.
PENSAMIENTO PARA HOY
¿Ha permitido que un error, un fracaso o la bancarrota lo convenzan de que se conforme con menos? Usted necesita recuperar su corona. No estaría vivo si Dios no tuviera otra victoria frente a usted. Él le ayudará a alcanzar lo que no puede alcanzar por sí mismo.