Día 3

Las misericordias de Dios

Lectura bíblica: Salmo 51

Por consiguiente, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios que presentéis vuestros cuerpos como sacrificio vivo y santo, aceptable a Dios, que es vuestro culto racional.

ROMANOS 12:1, LBLA

Cuando el apóstol Pablo habla de “las misericordias de Dios” en la Escritura, él no usa el singular sino el plural. Cada uno de nosotros ha experimentado algunas de esas misericordias.

Cuando me acababa de casar, iba conduciendo en la autopista durante una gran tormenta y perdí el control de mi carro. Empecé a dar vueltas en círculo, atravesando diferentes carriles. Cuando levanté la vista, vi un camión de dieciocho ruedas que venía en mi dirección. En ese momento, yo iba contra la vía. Estábamos tan cerca que sentí como si pudiera tocar su rejilla frontal, y pensé: Hasta aquí. Estoy acabado. Y todo lo que pude decir fue “Jesús”. Cuando usted está en ese tipo de problema, no tiene tiempo para oraciones largas. De alguna manera, ese gran camión no me chocó, y el piloto se estacionó a un lado. Salió de su cabina, se acercó a mi carro y cuando me vio a través de la ventana, sus ojos estaban bien abiertos. Dijo: “No puedo creer que no le pasé encima, pero en el último momento una gran ráfaga de viento empujó mi camión al otro carril”. Él dijo que fue el viento; yo sé que fueron las misericordias de Dios.

Cuando nuestro hijo, Jonathan, tenía menos de un año estábamos en un barco con unos amigos. Él estaba en su cargador de bebé y lo pusimos sobre una banca en el barco. Mientras navegábamos, algo le susurró a Victoria: “Ve, agarra a tu hijo”. Ella fue a donde estaba y agarró el cargador del bebé. Unos treinta segundos después, el barco golpeó contra una ola enorme y todo lo que no estaba amarrado salió volando por la borda. Jonathan pudo haber sido lanzado al agua si no hubiera sido por las misericordias de Dios.

Muchos de ustedes podrían decir, junto conmigo, que no estarían vivos si no fuera por las misericordias de Dios. Algunas de las cosas que ha hecho, la gente con la que solía andar, las drogas, el alcohol, manejar imprudentemente, los accidentes extraños, debieron haberlos matado. Sin embargo, Dios le mostró algunas de Sus misericordias; no solo una vez, sino una y otra vez.

ORACIÓN PARA HOY

Padre, gracias por todas las veces que me has mostrado una misericordia tan grande. Gracias porque me has protegido de accidentes y librado de peligros y de los errores que he cometido. Tus misericordias me han libertado del pecado. Declaro que son tus misericordias las que me mantienen a salvo todos los días. En el nombre de Jesús. Amén.

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PENSAMIENTO PARA HOY

Usted no simplemente tiene suerte; no solo sigue ganándole a las probabilidades. Son las misericordias de Dios. De hecho, la razón por la que todavía está aquí, la razón por la que ese camión no pudo pasarle encima, la razón por la que esas drogas no pudieron matarlo, la razón por la que esa enfermedad no se lo llevó es porque Dios tiene un destino para usted. Él tiene una tarea que usted debe cumplir.