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Establezca reglas claras ante el conflicto

Aunque en todas las relaciones hay desavenencias, el número y la severidad varían tremendamente. No se puede estar de acuerdo en todo y tampoco se debe tratar de estarlo. Pero hay un acuerdo vital que ayuda a reducir el dolor de los desacuerdos: un método para las discusiones. No es raro que las dos personas que forman una pareja tengan una idea muy distinta de cómo se maneja el conflicto. Algunos lo abordan al minuto de que surge, algunos hacen comentarios indirectos sin ponerlo sobre el tapete y otros tratan de evadir el tema y el evento que le dio origen. El verdadero problema aparece cuando las dos personas tienen una manera distinta de manejar las dificultades, pues no solamente tienen el conflicto sino, también, la tensión producida por las distintas maneras de enfrentarlo. Prepare con su pareja el terreno para sus discusiones, decidan cómo ventilar los problemas y sintonícense, para que ambos puedan participar.

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James Leija sabe un par de cosas sobre conflictos. Es un boxeador profesional y está entre los mejores de peso liviano.

“Aunque boxeo, aunque golpeo personas, lo hago dentro de las reglas. Tiene que haber reglas, de lo contrario no hay deporte”.

Él vive su vida bajo los mismos parámetros. James y su esposa, Lisa, fueron novios desde el colegio, y no tienen fotos del día del matrimonio pues James estaba lleno de moretones por las pruebas de boxeo para los olímpicos. Actualmente, aparte del boxeo, la pareja se dedica a educar a sus hijos y al perro de la familia (un boxer que se llama Knuckles).

Los primeros años fueron de escasez. James se convirtió en profesional, pero a duras penas le alcanzaba para pagar su entrenamiento. Lisa trabajaba como recepcionista y se hacía cargo de las demás cuentas. Tenían un auto destartalado. “Nunca peleamos por dinero, porque ambos pensamos que hay cosas más importantes en la vida”, dice Lisa. “Pero fue duro”.

Hasta que un día James le dijo a su manager, Lester Bedford, que no podía darse el lujo de seguir boxeando. Bedford le rogó que lo reconsiderara y le dio a Lisa 250 dólares como regalo de Navidad. Los Leija perseveraron, mes a mes, pelea a pelea, con la esperanza de un respiro.

La buena suerte llegó finalmente con una pelea contra un contendor importante. Después de ganarle, vino el encuentro con el campeón. Al convertirse en el campeón mundial junior de peso liviano, se hizo más rico de lo que nunca había soñado. “Es como cuando uno lee un libro”, dice Lisa, “uno no puede esperar a saber qué pasa a continuación. Tenemos una historia impresionante. Nunca nos escondimos de nosotros mismos, sino que enfrentamos juntos nuestros miedos y los tiempos difíciles”.

Ahora, en lugar de problemas de dinero, tienen que enfrentar a las admiradoras. “Las jovencitas se le echan encima en las sesiones de autógrafos”, dice Lester, el entrenador. Antes de llegar a tener problemas por esto, James pensó en los sentimientos de Lisa y decidió evitar ir a lugares donde llamara la atención.

“En este deporte el divorcio es tan común como la sangre en el cuadrilátero”, dice Lester. “Pero James y Lisa han encontrado la manera de poner al otro siempre en primer lugar”.

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Aunque las personas pueden emplear distintas estrategias de resolución de conflictos en su relación de pareja, cuando las dos usan la misma estrategia tienen un 12 por ciento menos de problemas y un 31 por ciento más de posibilidades de vivir una relación satisfactoria.

Pape 2001