Hay una diferencia entre buscar algo que es sano y satisfactorio y buscar algo que es perfecto. La diferencia es que lo sano y satisfactorio existe; lo perfecto no. Su relación debe contribuir a su vida y a la vida de su pareja. No debe esperar que su relación le proporcione alguien que esté de acuerdo con todo lo que usted piensa o le gusta, o que le llene cada momento de alegría. Busque satisfacción y la encontrará; busque una utopía y la estará buscando para siempre.
“Yo no creo que uno verdaderamente conozca a una persona hasta que comparte todo con ella”, dice Christine, una programadora de computadores. Ella se preguntaba qué dirección tomar cuando se fue a vivir con su novio: “Quiero decir, por un lado era ‘Ay Dios, ¡le huelen los pies!’, y por el otro, es una buena persona. Pero yo no sabía si eso era lo que quería para siempre”.
Vivieron juntos un año. Parecían contentos. Y entonces vieron la película Propuesta indecente una noche por televisión. Después de ver la película, ella le preguntó si la cambiaría por un millón de dólares. Él dijo que ni por uno ni por diez millones.
“Eso fue muy dulce. Y me di cuenta de que me gustaba y de que lo quería muchísimo, que quería pasar mi vida con él”, dice ella. “Supe que era el hombre para mí. Mis padres pensaron que casarnos era muy precipitado y que no iba a funcionar. Pero no les hice caso. Me dejé guiar por mi corazón”. Se casaron y todavía son felices.
“Día a día, lo fundamental es el compromiso”, dice ella. “Se trata de dar y de decir que lo sientes y que eres un tonto, lo que es probable, y de ser a veces brutalmente honesto. Porque el amor no se trata de dos piezas de rompecabezas que encajan a la perfección sino de dos personas con similitudes y diferencias, con fortalezas y debilidades”.
Las personas que son demasiado perfeccionistas, o que sobrevaloran su propia corrección, y que tienen el deseo de encontrar una pareja con las mismas características tienen un 33 por ciento menos de posibilidades de describir su relación como satisfactoria.
Flett, Hewitt, Shapiro y Rayman 2002