Si nuestra vida personal es difícil, pensamos en refugiarnos en el lugar de trabajo, donde encontramos satisfacción. Si nuestro trabajo no es gratificante, pensamos en concentrarnos en nuestra vida personal, en la que nos sentimos realizados. En realidad, lo que hacemos es cargar con nuestros sentimientos de un lugar a otro. Si una parte de nuestra vida no está funcionando, llevaremos ese dolor a todo lo que hagamos. Una vida satisfactoria no es aquélla en la que uno se siente bien por un aspecto de la vida y no presta atención a los otros, sino aquélla en la que uno se siente bien respecto a todo lo que es importante para uno.
La actriz Sondra Locke fue la protagonista femenina de El corazón es un cazador solitario, película que la hizo merecedora de una nominación al Óscar. Después apareció en una serie de películas (The Outlaw Josey Wales, Every Which Way but Loose, Bronco Billy, Any Which Way You Can y Sudden Impact) en las que el protagonista era Clint Eastwood.
El romance comenzó desde la primera película en la que trabajaron juntos, en 1975. La química fue instantánea. “Él era más que atractivo”, decía ella. “Era imponente. En lugar de todo el bullicio y el caos de un set de grabación, a su alrededor había un aura de tranquilidad, como el silencio en el centro de una tormenta. Cuando se disponía a darle una mirada al desierto distante, me vio. Yo estaba preparada para la fusión instantánea de nuestros ojos”.
Él la invitó a cenar, ella aceptó. Y se volvieron inseparables. Él compró para los dos una maravillosa propiedad al norte de California.
Pero él desaprobaba que ella ampliara su carrera y participara en películas que no fueran las suyas. Y ella dejó que su carrera se acabara; primero, apareciendo sólo en las películas de Eastwood, luego en ninguna. “No me di cuenta al comienzo, pero tres años después entendí”. Locke pensaba que si proseguía su carrera por su cuenta y en contra de los deseos de su esposo, “pondría en peligro mi relación. Cuando dejé mi carrera, fue el principio del fin.
“Soy consciente de mi responsabilidad en lo que pasó. Dejé que mi relación sustituyera mi carrera. En lugar de encontrar felicidad en ambas, me quedé sin ninguna”.
Los investigadores han descubierto que las personas con altos niveles de conflicto en su relación experimentan un 20 por ciento menos de satisfacción en su trabajo, y las personas con altos niveles de estrés en el trabajo experimentan un 38 por ciento menos de satisfacción en su vida personal.
Ludlow y Alvarez-Salvat 2001