Todos queremos ser una parte positiva de la vida de nuestra pareja y que ella, a su vez, lo sea de la nuestra. Sin embargo, mucho de nuestro tiempo se nos va forjando una carrera y cumpliendo con nuestras obligaciones. Por eso es tan importante que las parejas busquen o desarrollen intereses comunes, pues éstos fomentan la buena comunicación y fortalecen el sentimiento de unión.
Para Bert y Diane la máxima diversión es subirse en su canoa y remar todo el día juntos. Esta pareja, casada por más de treinta años, ha tomado la cosa tan en serio que hizo un viaje de cuatro meses por las aguas y los bosques de la frontera entre Estados Unidos y Canadá.
“A los dos nos encantan las aguas de la frontera”, decía Bert. “Son tan increíblemente bellas. Los árboles, las rocas y los animales. El olor de los pinos. La soledad. Y estar juntos. La belleza nos parece aún mayor por lo difícil que es llegar hasta allá. Nos encanta remar hacia lo inesperado”.
En el viaje no había ni itinerario ni horario. “No estábamos afanados por volver a las presiones de la vida diaria. El mundo podía seguir sin que nosotros supiéramos qué estaba pasando”, explicaba Diane.
¿Qué hacían cuando no estaban en el agua y por las noches cuando acampaban? “Hablábamos, pero a veces no hablábamos mucho, lo que también nos gustaba”, decía Bert. “Somos los mejores amigos y nos sentimos muy cómodos el uno con el otro. No creo que nunca nos cansemos el uno del otro”.
Una parte difícil de su pasión común: “Los mosquitos, definitivamente los mosquitos”, decía él.
Un grupo de investigadores compararon parejas que seguían juntas y parejas que se habían separado cinco años después de haber iniciado su relación y concluyeron que las parejas que seguían juntas tenían un 64 por ciento más de posibilidades de identificar varios intereses comunes.
Bachand y Caron 2001