¿Qué es lo más importante en su vida? No es el dinero. Nunca lo ha sido y nunca lo será. Pero, ¿cuántas veces un desacuerdo por cuestiones de dinero (cómo gastarlo, cómo conseguirlo, cuánto es suficiente) ha empañado momentos agradables con sus seres queridos? Cuando permitimos que las cosas pequeñas interfieran en lo verdaderamente importante, no es posible que nuestras relaciones sean sanas. Estaremos inquietos si no tenemos el dinero necesario, pero también desilusionados cuando tengamos el dinero suficiente, porque no nos traerá la dicha y la satisfacción que necesitamos. Ponga el dinero en su lugar: detrás de las cosas que realmente le importan.
“La persona promedio abusa del dinero”, dice Steve Rhode, un asesor financiero de Myvesta, una compañía que tiene sus oficinas principales en Maryland. Lo que quiere decir es que las tendencias adictivas se pueden detectar tanto en la manera como gastamos el dinero como en la manera en que usamos ciertas sustancias. El trabajo de Rhode es aconsejar a la gente a usar el dinero inteligentemente. También tiene un programa sobre cómo desarrollar habilidades para la vida y las relaciones de pareja, pues para él son casi inseparables del uso que se le da al dinero.
“El abuso del dinero es la imposibilidad de controlarnos en relación con lo que gastamos”, dice Rhode. “Es el uso recurrente, con frecuencia inconsciente, del dinero para resolver problemas de fondo. La sociedad se da cuenta de que las personas abusan del alcohol, las drogas y la comida, y de que necesitan ayuda para resolver estos problemas, pero ¿qué pasa con la gente que abusa del dinero?”
Rhode advierte que lo más peligroso del problema del abuso del dinero es que con frecuencia no se le presta atención, se maneja como una situación de frivolidad y no como un problema real. “Mucha gente considera que es normal no poder manejar el dinero, pero no es así. Las personas no resuelven la situación cuando niegan el problema. La negación les impide encontrar tranquilidad mental y una manera de manejar sus asuntos financieros”.
Y continúa: “Las personas encubren sus hábitos financieros, se quejan de ellos y dejan que éstos definan quiénes son. No es posible negar que los hábitos respecto al dinero afectan su relación de pareja, por esta razón, comprometerse con hábitos financieros saludables significa algo positivo para la misma”.
El mensaje que Rhode les da a sus clientes es que se enfoquen en lo que realmente es importante para ellos cuando estén en la tarea de monitorear sus impulsos de gastar. “Gastar el dinero es una solución superficial a un problema de fondo; tratamos de llenar vacíos gastando dinero. No tiene sentido llenar los vacíos de nuestra vida con dinero, podemos botarlo indefinidamente pero los huecos nunca se llenarán”.
Los desacuerdos respecto al dinero son una fuente significativa de conflicto en más de la mitad de las relaciones de pareja. Es interesante que este problema ocurre sin importar el nivel de ingresos.
Goldscheider 1999