Cuando una relación tiene un pasado existoso, podríamos pensar que el trabajo está hecho. Pero esto es igual de cierto a pensar que los jardineros exitosos no tiene que fertilizar y regar este año, pues el jardín está bonito. El hecho de que tenga experiencia y confianza en su relación significa que conoce lo que tiene que hacer, pero no quiere decir que pueda hacer caso omiso de las cosas que tiene que hacer porque las ha hecho antes. La tarea de una relación exitosa no se termina nunca, porque lo importante de una relación es construir para el futuro, no para el pasado.
Meyer y Nellie se conocen hace setenta años y han estado casados durante sesenta y ocho. Pero esto no fue un impedimento para que Meyer se aventurara por la calles de Nueva York, al salir del instituto para personas de edad donde viven, para comprarle a su esposa una caja de chocolates con ocasión del día de San Valentín.
“Nunca hemos dejado de cuidarnos”, cuenta Nellie con orgullo. “Siempre ha sido mi ángel guardián”.
Hace poco tiempo se ofreció una cena formal en el instituto en honor de Meyer y Nellie por ser la pareja con el matrimonio más largo de toda la ciudad de Nueva York.
De hecho, la relación comenzó cuando Herbert Hoover era presidente de los Estados Unidos y el país estaba sumergido en la Gran Depresión. “En esa época no pensábamos en depresiones, teníamos otras cosas en la cabeza”, dice Nellie.
Aunque tienen un pasado juntos lleno de cosas buenas, Nellie piensa que su relación ha prosperado en el aquí y el ahora. “Es tan simple como esto: ¡nos queremos!”, dice Nellie.
Después de haber pasado toda la tarde en la sala del instituto y de haber posado para los fotógrafos que habían ido a reportar el evento, la pareja decidió regresar a su apartamento a descansar para la gran noche. “Vamos, muñeca”, le dijo Meyer con picardía mientras la ayudaba a subir las escaleras, “vamos arriba”.
La satisfacción de una relación radica ocho veces más en sentimientos recientes y en la habilidad para percibir mejoras, que en la historia de la relación.
Karney y Frye 2002