Desde una perspectiva absolutamente racional, nuestros sentimientos hacia nuestra relación de pareja, nuestro trabajo, nuestra familia y nuestros amigos deberían ser independientes unos de otros. Un buen día en la oficina no tendría por qué volver mejor una relación de pareja, así como un mal día en la oficina no tendría por qué hacer una relación menos feliz. Sin embargo, la lógica no siempre es la que manda en los sentimientos. La verdad es que a veces permitimos que los sentimientos respecto a un aspecto importante de nuestra vida afecten nuestros sentimientos sobre otros aspectos que no tienen una relación directa. Fijarse en el lado negativo de su vida lo encaminará a fijarse en el lado negativo de su relación. Evitar lo negativo y enfatizar los aspectos positivos de su vida lo animará a mirar las cosas positivas de su relación.
Se llama Jason. Tiene 26 años y es inteligente y bien parecido. Es programador de software y está terminando su posgrado en ingeniería. Le encantan la música y el cine y es un magnífico lector. Va a misa, cree en la institución familiar y es responsable.
Pero no ha tenido una cita romántica en un buen tiempo... y está convencido de que la silla de ruedas en la que se moviliza tiene algo que ver.
Muchas personas discapacitadas tienen que luchar contra este tipo de situaciones desde la adolescencia. Su deseo de enamorarse y tener una familia no es distinto al de cualquier otra persona, pero sus oportunidades para hacerlo son limitadas, a diferencia de quienes no tienen un problema como éste.
“Es difícil lograr que los demás piensen en uno como candidato para una cita romántica”, dice Jason. “En nuestra sociedad existe la tendencia de separar a la gente en cajas, y si uno tiene una discapacidad, ésta se convierte en la cualidad definitiva. Soy profesional, soy inteligente, soy hermano, soy hijo y soy un ser humano que tiene algunos problemas de coordinación que fueron el resultado de una lesión. Para mí, eso es sólo una parte de ser Jason”.
Un amigo de Jason que también tiene una discapacidad le dio el siguiente consejo: Vive tu vida, siéntete bien con quien eres, pero no seas muy optimista en cuanto a tener citas románticas. Tienes que ser consciente de que la mayoría de la gente siente y reconoce que tener una relación amorosa con un discapacitado es demasiado trabajo.
“Entiendo lo que quiso decir, pero es una visión tremendamente negativa, y todavía no he llegado a ese punto”, decía Jason. “Me veo a mí mismo casado y con una familia”.
Cuando a un grupo de personas se le pidió que discutieran decepciones, frustraciones y otros aspectos negativos de su vida, éstas tuvieron un 28 por ciento más de posibilidades de decir algo negativo de su relación de pareja que cuando primero se les preguntó sobre aspectos positivos de su vida.
Caughlin y Huston 2002