En una relación no necesitamos que todo sea perfecto, pues sabemos que siempre habrá retos. Lo que sí necesitamos es la constante habilidad de ver el potencial para mejorar, el potencial para resolver las dificultades. Usted no tiene que resolver todos los problemas que aparezcan y no debería esforzarse por lograr una ausencia total de desacuerdos. Lo que sí debe hacer es mantener parte de su atención enfocada en la esperanza, en la posibilidad de que cualquier dificultad que hoy aparezca se resolverá, se olvidará, o por lo menos será menos importante en el futuro.
Patricia recuerda la noche que llegó a su casa y encontró a su esposo Eric sentado solo y a oscuras. “Mi vida ha terminado”, le dijo. “Ya no tengo un verdadero propósito”.
Un mes antes, Eric había aceptado una oferta de retiro anticipado y con mucho entusiasmo dejó su estresante empleo. En ese momento la carrera de Patricia estaba llegando a su punto más alto. “Entendía que Eric echara de menos el ambiente profesional, el prestigio de ser una autoridad en su campo e incluso los viajes de trabajo de los que siempre se quejaba”, cuenta Patricia. “Él estaba acostumbrado a recibir llamadas telefónicas de todo el país pidiéndole asesoría en problemas empresariales. Y ahora la pregunta que yo le hago es qué va a hacer de comida”.
Patricia continúa: “¿Usted cree que lo abracé y le dije que se tranquilizara? Pues no. Pateé, grité y tiré cosas. La verdad es que tomé su infelicidad como un insulto. Después de todo, el está casado conmigo”.
Investigadores de la Universidad de Cornell, en Estados Unidos, han establecido que muchas de las personas que se retiran de su trabajo (incluso de aquéllos que no disfrutaban) en los meses posteriores expresan sentimientos de falta de propósito y de desilusión. Su recomendación para estas personas es que planeen las transiciones de la vida, que estén preparadas para el dolor aunque sea un evento positivo y que se permitan un período de ajuste en el que probablemente no se sentirán muy a gusto. Aquellas personas que tienen una pareja deberán discutir el cambio de roles, una nueva división de las tareas y nuevos propósitos, si desean mantenerse enfocados en la posibilidad de un cambio positivo y con la esperanza de que la relación continúe llenando sus necesidades.
Eric lo vio con claridad unos meses después: “Me di cuenta de que tengo menos estrés y cosas que hacer. Cualquier estrés que tengo es porque escojo tenerlo”, dice. “Hay mucho por qué estar contento, si uno decide darse cuenta de ello. Ahora me doy cuenta”, continúa. “La anterior fue la vida que seguimos y que disfrutamos entonces; ésta es la que disfrutamos ahora. El elemento común es que aunque mi vida ha cambiado, mi amor por Patricia y mi verdadero propósito son los mismos”.
Creer firmemente en la eficacia de una relación (mejor dicho, en que la relación seguirá para adelante y satisfacerá las necesidades de las dos personas) es un aspecto que en cerca de nueve de cada diez parejas encamina con éxito las relaciones a un compromiso a largo plazo.
Thomas 1999