Ya sea que tengamos la intención o que no la tengamos, tendemos a darnos el crédito por las cosas que salen bien y a culpar a otros cuando las cosas salen mal. La discusión fue por culpa de la otra persona. Una noche maravillosa fue el resultado de nuestros propios esfuerzos. Tenga en cuenta que es probable que usted vea las cosas de esta manera y que su pareja también. Si en lugar de esto pudiéramos aprender a aceptar graciosamente parte de la culpa y a compartir con generosidad el crédito, estaríamos contribuyendo a una relación más feliz.
“Le diré cuál es la filosofía de mi relación”, dice George. “Se reduce a dos frases: ‘Lo siento’ y ‘Gracias’. Si usted exagera el uso de estas frases todo irá bien. Si usted las usa cuando piensa que lo debe hacer, habrá muchos escollos en el camino. Si usted los usa menos aún, no llegará muy lejos”. La gente le pregunta muchas cosas a George porque ha estado casado más de sesenta años.
“Amo a mi esposa y siempre la he amado. Nos encanta estar juntos. Es reconocer que uno está orgulloso de alguien y quiere ayudarle a ser feliz”, dice. “Simplemente, nunca hemos dejado de amarnos, hacemos todo juntos y no pensaríamos nunca en divorciarnos. Seguramente somos una pareja en un millón. Nunca pensaría en vivir con nadie diferente a mi esposa. Es una dulzura”.
Pero George, al igual que muchos otros que se casaron en esa época, tuvo que enfrentar retos muy difíciles, y él dice que el compromiso que sentían respecto al otro hizo que fuera menos duro sobrepasarlos. “Como era tan fácil estar casados, podíamos manejar mejor los tiempos difíciles cuando otros estaban peleando, que era lo que más fácil les quedaba”, cuenta George.
Como no tenía dinero para gastos, el primer regalo que George le dio a su esposa el día de San Valentín fue una barra de goma de mascar. “¿Y sabe qué? Me dijo que era la mejor goma de mascar que había comido en su vida”.
En entrevistas sobre su relación de pareja, las personas tendieron a enfatizar tres veces más el rol de su pareja en los problemas y a enfatizar dos veces su propia contribución a las fortalezas de la relación.
Johnson, Karney, Rogge y Bradbury 2001