Sus valores fundamentales se formaron hace largo tiempo y lo más seguro es que los tenga por el resto de su vida. Lo mismo pasa con su pareja. Puesto que ninguno de los dos estará dispuesto a cambiar estos principios fundamentales, será de ayuda que sean compatibles. Las relaciones sólidas se basan en la confianza y en la comunicación; la confianza y la comunicación se amparan en valores compartidos. Cuando uno tiene creencias similares, se siente más seguro de compartir los pensamientos y los sentimientos, y también siente que es más fructífero hacerlo.
En palabras de su esposo, “algunas personas entran en una habitación e iluminan el lugar por completo. Jane es una de esas personas. Ella está vibrantemente viva”.
Cuando Jane Douglass cumplió treinta años, tenía todo en la vida. Estaba felizmente casada, era la madre de dos niños saludables y productora asociada de un programa de televisión estadounidense llamado Adivine la melodía. Las canciones que escribía eran cantadas por cantantes reconocidos como Julius LaRose y Eartha Kitt. Jane también era la dueña y administradora de un teatro, en el que se presentaban espectáculos con su música y sus guiones originales. “El cielo es el límite”, pensaba en ese momento.
Pero las palabras del médico cortaron como un cuchillo todo esto.
“Usted tiene cáncer y debemos operarla inmediatamente”. Esto sonó como una sentencia de muerte porque, en ese momento, Jane sabía que nadie se había recuperado de cáncer.
Aunque estaba ahogándose en sus propios miedos, su esposo le ofreció consuelo y fuerza en toda esta prueba terrible del tratamiento. Para Jane, su recuperación no era nada menos que un milagro, un milagro que nunca habría logrado sin la ayuda permanente de su esposo.
“Él se dio cuenta de lo importante: que ambos habíamos vivido en el amor y no en el odio, y en el perdón y no en el resentimiento. Y que ninguna enfermedad podía cambiar el vínculo fundamental de nuestra vida juntos”.
El porcentaje de valores similares compartidos por la pareja no cambia con el curso de la relación. Sin embargo, aquellas parejas que gozan de valores similares tienen un 22 por ciento más de posibilidades de evaluar en forma positiva sus hábitos de comunicación.
Acitelli, Kenny y Weiner 2001