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La música une

Piense en una situación en la que una pareja esté al borde de irritarse. De pronto tuvieron un día difícil, o alguno dijo algo que fue malentendido. Se sientan en la sala incómodos y el silencio entre ellos magnifica la tensión. Entonces, alguno pone el disco favorito de los dos. La música penetra en sus pensamientos, la tensión se disipa y ambos piensan en momentos agradables y felices juntos. La música puede animar y transportar la mente, y la música compartida por dos personas puede ser una importante y saludable forma de comunicación.

“Cuando eres viejo, la gente piensa que o estás loco o eres sabio. Esto es lo que yo puedo decir: uno tiene que dar y recibir”, dice Herbert, de 93 años. “Y obedecer esta regla de oro”.

“Y perdonarse el uno al otro”, añade Elsie, su esposa, que tiene 90.

Los dos se conocieron en un baile cuando eran adolescentes. La atracción fue inmediata, pero la conquista duró más de un año. “Fuimos a muchos bailes”, contaba Elsie.

Casi toda su vida de casados lucharon por sacar adelante una pequeña finca en Missouri. Era una vida difícil, pero feliz. Ella recuerda la pradera sin árboles, las tormentas de arena y las tempestades de nieve que hacían peligroso ir de una finca a otra. Por muchos años no tuvieron electricidad en la casa. “Apenas podíamos gastar un centavo una vez al año en helado”, decía ella.

“Le cuento a mucha gente cómo era la cosa y nadie me cree”, concordaba Herbert.

“Pero siempre tuvimos un piano. ¿Y sabe qué? Yo comienzo a tocarlo y ahí mismo volvemos a ser adolescentes en un baile. Nunca falla”.

En sesiones de consejería, cuando se ponía música escogida por la pareja, aumentaban los sentimientos de cooperación y de cariño en siete de cada diez personas.

Housker 2001