Lo que tiende a hacer la mayoría de la gente cuando toma decisiones es tratar de evitar resultados negativos, en lugar de tomar decisiones buscando resultados positivos. Si lo aplicamos a las relaciones, esto quiere decir que tendemos a preguntarnos qué perderemos si tomamos una decisión en lugar de qué ganaremos. Este patrón nos puede conducir a situaciones poco satisfactorias por temor a que las cosas empeoren. Tome sus decisiones teniendo en cuenta lo que quiere obtener, no lo que no quiere.
Hasta hace poco Ali se sentía confundida. Conoció a un hombre maravilloso y estaba tan confiada en el futuro de la relación que se fue a vivir con él pocas semanas después.
Unos meses después se comprometieron y se casaron. “Sabíamos que íbamos a estar juntos”, decía Ali.
“Al principio todo marchó bien”, añadió. “Trabajábamos bien estando juntos. Pero estar en el mismo espacio con otra persona era muy difícil para mí, era como tener dos perros en la misma jaula”. Ali decía que tenía un espíritu demasiado libre para encajar en la ordenada existencia de su marido. “Era algo que íbamos a descubrir de todos modos, pero irnos a vivir juntos tan pronto no ayudó”, contaba ella. “No teníamos esa construcción inicial de una relación. Nos botamos al agua y comenzamos a construir la relación viviendo juntos”.
De todas formas, la jaula, como la llamaba Ali, fue confortable por un tiempo.
Pero aunque ambos eran infelices, ninguno vislumbraba una solución. “Acabábamos de comprar una casa y eso dificultaba que saliéramos corriendo. Tampoco le dije ni a mi familia ni a nadie que había cometido un gran error. Especialmente porque sabía que, desde un comienzo, algunos de ellos no habían estado muy de acuerdo”.
Continuaron viviendo juntos seis meses más después de que ella ya había decidido que no había nada que hacer, hasta que se rindió. Ali dice al reflexionar sobre la experiencia: “Aprendí a no apresurarme, y también que una relación no se puede mantener sólo por conveniencia”.
En un estudio con parejas que habían enfrentado serios sentimientos de traición y desilusión, se determinó que las personas que continuaron la relación por razones negativas (temor a perder la relación) seis meses después estaban abrumadoramente insatisfechas con la relación (61 por ciento) o la habían terminado (24 por ciento).
Roloff, Soule y Carey 2001