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Cultive el deseo de evolucionar

Pocas cosas son más frustrantes que vivir nuevamente un problema que ya se había tenido que enfrentar. Cuando hay un problema recurrente en una relación de pareja, los dos integrantes se sienten frustrados y atrapados por el desacuerdo. Una relación de pareja, por tanto, requiere que ambas partes estén deseosas de evolucionar. Esto no quiere decir que uno abandone las características que lo definen, pero sí quiere decir que tiene que adaptar su vida de manera que refleje el compromiso que tiene con la relación. Y quiere decir evitar la rigidez de pensamiento. Si usted puede ponerse en el lugar de su pareja, y aprender de esa experiencia, evolucionará de manera que le será posible tener una mejor relación.

Richard Andersen es un hombre que tiene una misión. Ha sido dibujante de mapas, pastor, administrador de un restaurante y líder de un refugio, y ahora es planificador financiero: ayuda a la gente para que sincronice sus creencias, valores y finanzas.

Dice que muchas personas se resisten al cambio, incluso cuando se encuentran en una situación insostenible. “Toda mi vida fue una lucha para poder liberarme de las expectativas que de mí tenían otras personas y aclarar las mías propias”, se lamenta.

Aunque ha disfrutado todas sus ocupaciones, Andersen descubrió que él “realmente quería ser activo, no pasivo, en la vida de las personas”. Quería ayudarlos a desenmascarar su pasión y a tener vidas más completas”.

Está convencido de que ha encontrado esto en su trabajo con el programa Life Map (Mapa de Vida). Este programa reúne a un grupo de profesionales que ayudan a las personas a ver claramente las prioridades que tienen en la vida y a armonizar lo que creen con los valores y las finanzas. Su grupo ayuda a que los clientes identifiquen sus valores principales y a examinar luego cómo un cambio (un cambio de actitud o de trabajo) les puede traer más alegría.

“Para muchos de nosotros esto quiere decir darnos cuenta de que hemos perseguido los sueños de nuestros padres y que es tiempo de perseguir los propios”, dice Andersen. “Es más fácil seguir como vamos que cambiar. Pero quedarse en lo mismo implica grandes riesgos que algunas veces no vemos”.

La gente que tiene personalidades y maneras de pensar rígidas (mejor dicho, alta resistencia al cambio) tiene un 42 por ciento más de posibilidades de reportar un alto nivel de conflicto en su relación de pareja.

Eldridge 2001