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Tenga fe pero no olvide la realidad

Los estadounidenses son gente muy optimista. Cuando se les pregunta sobre casi cualquier tema, la mayoría piensa que tienen una oportunidad mayor que el promedio de que algo bueno les suceda (esto incluye cosas disímiles como el éxito en el trabajo, ganarse la lotería o comprar una casa que se valorizará muchísimo). El optimismo es un factor importante para comenzar relaciones de pareja y para aumentar nuestro nivel de compromiso, pues está culturalmente arraigado y no tiene planes de irse a ningún lado. Pero, hay que decirlo, no podemos dejar que el optimismo nos aliste para la desilusión. Tener fe en que las cosas funcionen no quiere decir que todo vaya a funcionar siempre a la perfección. Crea en los demás y en el futuro, pero crea también en el esfuerzo que tiene que hacer para que ese futuro sea lo que usted quiere que sea.

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“Hay una cosa que me gustaría que todos los novios tuvieran en su registro de matrimonio: un curso de habilidades matrimoniales”, dice Diane Solle, fundadora de una organización de apoyo para la familia y la pareja que tiene sede en Washington D.C. Solle, que es consejera matrimonial, se preocupa de que la gente busque ayuda sólo cuando ya tiene problemas en su relación de pareja, en lugar de evitar las dificultades buscándola desde el comienzo de la relación.

¿Cuál es el mayor problema que Solle identifica? “Expectativas poco realistas sobre lo maravilloso y fácil que todo va a ser. Las parejas operan bajo el loco concepto de que se casan con una persona perfecta, con alguien con quien no tendrán que argumentar”.

Una de las habilidades más importantes que deben tener las parejas es saber que van a encontrar escollos y tramos difíciles en el camino. “Tenemos que cambiar la perspectiva del matrimonio de ‘Ya lo logré, todo está bien’ por un ‘Ésta es una oportunidad para construir nuestra relación y para crecer’ ”. Solle está a favor de una dosis de realidad desde el primer día. “Los votos matrimoniales deberían decir: ‘Estoy de acuerdo en estar en desacuerdo contigo por el resto de mi vida. Tú eres la persona con la que voy a discutir, argumentar y sacar las cosas adelante para siempre’ ”.

“Lo que le digo a la gente es que mire al tiempo como a un aliado, pues estamos hablando de relaciones a largo plazo. No hay ninguna urgencia de tener todo bien y andando perfectamente en los primeros meses. Todo el mundo necesita tiempo para ajustarse a su nuevo rol. Las parejas que lleguen a la recta final habrán aprendido que las diferencias son normales, incluso buenas”, dice Solle.

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Estudios con gente que está en busca de una relación y estudios con parejas recién casadas han establecido que más de nueve de diez esperan que su relación sea inusualmente feliz en el futuro.

Fowers, Lyons, Montel y Shaked 2001