Aunque las relaciones de pareja exitosas tienen muchas cosas en común, casi siempre nuestra evaluación del estado de una relación es puramente personal y sin relación con eventos o factores específicos. En otras palabras, lo que vemos en una relación, como lo que vemos en una pieza de arte moderno, depende de cómo la miremos y de lo que estemos buscando. Cuando evalúe lo que tiene y lo que necesita no se limite por las ideas y puntos de vista de otras personas.
“Usted no puede tener lo que tiene otra persona. Simplemente no puede”, dice Elaine, que es enfermera. Infelizmente casada a los veinte años y felizmente casada a los cuarenta, Elaine ha aprendido algo sobre la perspectiva.
“Me gustaría haber conocido a alguien con quien hubiera podido hablar antes de casarme. Creía que el matrimonio era como comprar una casa. Uno escoge alguna que le gusta, probablemente una parecida a la de un amigo, la compra y le pertenece”.
“Claro”, dice ella, “en el matrimonio esto no funciona así. El matrimonio es más como comprar los materiales y después ver cómo va a usarlos, cómo va a construir algo con ellos.
“Lo que me ha enseñado la experiencia es que tengo que saber lo que quiero para mí y no para nadie más. Uno tiene que quitarse la carga de tratar de recrear lo que otros tienen. Por el contrario, uno está mucho mejor creando una relación única para uno y su pareja”.
Estudios con parejas felizmente casadas han mostrado que en más de la mitad de estas parejas, factores individuales como la compatibilidad de personalidades y hábitos (aspectos que variaban en cada matrimonio) eran importantes para comprender la satisfacción marital.
Bachand y Caron 2001