Agradecimientos

Este año se cumple el vigésimo quinto aniversario de mi carrera como autor publicado, un logro que, con toda seguridad, no podía ni imaginar cuando por primera vez tuve entre mis manos una copia impresa de El cuaderno de Noah. Francamente, en ese momento no sabía si volvería a ocurrírseme una buena historia, ni tampoco podía imaginarme que sería capaz de ganarme la vida como escritor y mantener a mi familia.

El hecho de haber podido seguir haciendo lo que me gusta durante un cuarto de siglo es el testimonio del brillante grupo de personas que me apoyan incondicionalmente, me aconsejan, celebran mis éxitos conmigo, me regañan, me consuelan, planean estrategias y me recomiendan lo que me conviene en todo momento. Muchas de ellas han estado a mi lado durante décadas. Por ejemplo, Theresa Park: nos conocimos cuando ambos estábamos todavía en la veintena; trabajamos frenéticamente mientras pasábamos de los treinta a los cuarenta, mientras consolidábamos nuestras propias familias y colaborábamos en la producción de películas. Y ahora intentamos seguir viviendo de forma sabia y productiva en la cincuentena. Somos amigos, socios y compañeros de viaje en la carretera de la vida, y nuestra relación ha conseguido capear los incontables altibajos de nuestras respectivas carreras, que jamás han sido anodinas.

Hace tanto tiempo que conozco a todo el equipo de Park & Fine que me cuesta imaginar publicar un libro o promocionar una película sin ellos. Constituyen sin lugar a dudas el grupo de representantes editoriales más experto, sofisticado e intrépido de la industria: Abigail Koons, Emily Sweet, Alexandra Greene, Andrea Mai, Pete Knapp, Ema Barnes y Fiona Furnari aportan su alto nivel de excelencia y gran experiencia a todas sus colaboraciones en cuestiones de ficción; y en eso es del todo semejante la pericia de sus colegas que se ocupan del mundo de la no ficción. Celeste, me encantó conocerte mejor cuando combinaste tus capacidades con las de Theresa; al instante pude reconocer por qué encajáis a la perfección.

Grand Central Publishing sigue siendo mi casa, después de tantos años. Y aunque algunas caras hayan cambiado durante todas estas décadas, su carácter distintivo en cuanto a la honestidad, la amabilidad y el apoyo que ofrece a los autores sigue siendo una constante. Michael Pietsch ha guiado la compañía a través de innumerables cambios y desafíos con integridad y una visión estratégica; el editor Ben Sevier ha sido un gestor maravilloso y el arquitecto de un negocio en continua evolución; y la editora jefa Karen Kosztolnyik ha demostrado ser una amable y alentadora defensora de mi trabajo, rigurosa y al mismo tiempo respetuosa con su pluma. Brian McLendon, tus infatigables esfuerzos por reinventar la imagen y el mensaje de mis libros, año tras año, merecen un premio: a mi equipo le encanta tu entusiasmo irreprimible, que, junto con el trabajo ingente de Amanda Pritzker, mantiene mis libros lejos del olvido y siempre a punto para ser descubiertos. Beth de Guzman, eres una de las pocas personas que siguen colaborando con mi editora desde mi primer libro, y tu incansable empeño por conservar la frescura y el atractivo de mi fondo editorial es uno de los secretos de mi éxito. Matthew Ballast es el maestro zen de la publicidad de autor, imperturbable y de verbo amable, y su colega Staci Burt es el experto y entusiasta publicista que no teme al covid, ni a la impredecible programación de una gira, ni a las rabietas de autores cascarrabias. Y también quiero dar las gracias al director artístico Albert Tang y al diseñador de las cubiertas de mis libros desde hace largo tiempo, Flag: sois unos genios, conseguís sorprenderme con asombrosas y bellas portadas año tras año.

Catherine Olim merece la medalla al valor por todas las crisis que ha conseguido desactivar y la generosa publicidad que proporciona a mis obras: una guerrera y asesora impertérrita y franca, nunca recelosa de darme consejos sobre mis apariciones en pantalla, o protegerme de críticas injustas. LaQuishe «Q» Wright es una absoluta estrella de las redes sociales: su instinto, sus contactos y su destreza y experiencia estratégicas no tienen parangón en ese mundo tan voluble y rápidamente cambiante. Ama su trabajo, y su cartera de clientes estelares se beneficia de esa pasión. Mollie Smith, ¿acaso hay algún otro diseñador y experto en llegar a los admiradores con mejor intuición que tú acerca del diseño y cómo llegar a la audiencia? Lo tienes todo y, en colaboración con Q, siempre has dirigido la divulgación de mi obra al gran público con pericia y total seguridad.

Mi representante en Hollywood desde hace tanto tiempo, Howie Sanders, de Anonymous Content, ha sido un sabio consejero y un muy leal amigo durante décadas. Valoro tremendamente su asesoramiento y admiro su integridad; después de todo por lo que hemos pasado juntos, mi confianza en él es absoluta. Scott Schwimer ha sido mi implacable (y a un tiempo encantador) defensor y negociador durante veinticinco años, y se puede decir que lo ha visto todo: me conoce como nadie, así como los pormenores de mi carrera, y es un miembro de valor incalculable de mi cohesionado grupo de expertos.

En mi vida personal he sido bendecido con un círculo de amigos y una familia en cuyo amor y apoyo puedo confiar cada día de mi vida. Sin que el orden implique jerarquía alguna, quiero dar las gracias a Pat y Bill Mills; el clan Thoene, que incluye a Mike, Parnell, Matt, Christie, Dan, Kira, Amanda y Nick; el clan Sparks, con Dianne, Chuck, Monte, Gail, Sandy, Todd, Elizabeth, Sean, Adam, Nathan y Josh; y finalmente a Bob, Debbie, Cody y Cole Lewis. También quiero ofrecer mi reconocimiento a los siguientes amigos, todos los cuales significan tanto para mí: Victoria Vodar; Jonathan y Stephanie Arnold; Todd y Gretchen Lanman; Kim y Eric Belcher; Lee, Sandy y Max Minshull; Adriana Lima; David y Morgan Shara; David Geffen; Jeannie y Pat Armentrout; Tia y Brandon Shaver; Christie Bonacci; Drew y Brittany Brees; Buddy y Wendy Stallings; John y Stephanie Zannis; Jeanine Kaspar; Joy Lenz; Dwight Carlbom; David Wang; Missy Blackerby; Ken Gray; John Hawkins y Michael Smith; la familia Van Wie (Jeff, Torri, Ana, Audrey y Ava); Jim Tyler; Chris Matteo; Rick Muench; Paul du Vair; Bob Jacob; Eric Collins; y por último, aunque no menos importante, debo mencionar a mis maravillosos hijos que son todo mi mundo. Miles, Ryan, Landon, Lexie y Savannah: os quiero a todos.