Esta novela es para mi amigo Carlos García Agraz
(que luego las hace cine mejor que yo las escribo)
y para mi compinche Juancito Sasturain.
De vaqueros melancólicos de la frontera, como a
ellos les gusta. También es para Ofelia Medina,
de cuyas historias de la prepa (y sólo de ésas)
he robado en el recuerdo para contar a Natalia.
NOTA DEL AUTOR
Este libro le debe mucho al Programa Cultural de las Fronteras, dirigido por Alejandro Ordorica, quien me envió de gira de conferencias al norte, donde pude pescar muchas de estas historias que luego fui cambiando de geografía original. El resultado es esta frontera medio rara, de la que soy tan responsable yo como la realidad, dejémoslo a medias.
Si alguien quiere leer este libro como una simple novela policial, es cosa suya.
—RODOLFO WALSH