EPÍLOGO

Perplejidad

pleca La plaza crece frente a mis ojos. Nunca me había parecido tan grande como ahora, cuando todavía lloro por Doca Un llanto inútil. Tonterías de un corazón lleno de dolor y de miedo, de mucho miedo. Puedo ir con Pegador. Puedo quedarme sola. Puedo ir con las otras niñas. Puedo ir a la Institución para menores. Puedo simplemente dejar de pensar y dejar que la vida me lleve. ¿No es lo que siempre hace?

Voy a la iglesia ¿Será que voy a encontrar a Dios? Bueno tal vez… pero sólo tal vez. No importa. Tal vez encuentre un poco de paz, algunas monedas. Es mejor no forzar la suerte. ¿Para qué querer más? No es posible querer más.

Doca… Doca… Doca…

Tengo miedo, mucho miedo.

La ciudad es oscura. Las calles están llenas de gente.

Pero las personas pasan presurosas. No miran. No piensan. No ven. Pasan como pasa el tiempo, las cosas buenas, las cosas malas.

Estoy creciendo.

Tengo miedo.

¿Estoy comiendo?

No sé. Todo es tan difícil.

Amaneció lloviendo.

Ya me voy, voy a ver que puedo hacer para seguir viva. pleca

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