EL CUADRO VÉDICO

La presencia de cuadros mágicos relacionados con los planetas, conocidos con el nombre de yantras astrológicos, revela claramente que el poder místico de los números se conocía en la India antigua. El cuadro védico es un buen ejemplo de este conocimiento, en la India no se sabe nada sobre el origen del cuadro védico. Los dibujos obtenidos partiendo de este cuadro se usan como pautas en dibujos decorativos de varios palacios y santuarios de toda la India. Aun cuando ahora no es popular, jugó un papel significativo en ese país. Artistas y artesanos musulmanes han usado igualmente el cuadro védico para sacar de ahí muchos de sus dibujos.

El libro Islamic Patterns1 (Dibujos islámicos) contiene el cuadro védico, así como docenas de dibujos y pautas de fantasía que se obtuvieron partiendo de él. El cuadro propiamente dicho es una tabla de multiplicación de números. En vez de usar los números dobles, obtenidos multiplicando números simples, aquí se reducen a números totales simples. Por ejemplo, 7 x 6 = 42 = 6. Este empleo de números simples hace que el cuadro védico sea único y significativo. Podemos ver muy claramente la repetición de números del 1 al 9 (véase la página 31).

Con excepción de los números 3 y 6, cada número aparece en seis cuadros; los números 3 y 6 aparecen en 12 cuadros. El número 9 es único en el cuadro védico, se repite ¡21 veces! Uniendo los puntos medios del cuadrado de cualquiera de los nueve números se obtiene un diagrama. El libro Islamic Patterns nos muestra cómo, usando estas pautas básicas, los artífices islámicos crearon otras más intrincadas y hermosas.

Estas pautas son de gran ayuda para los numerólogos. Yo las empleo para examinar la forma en que se relacionan los números entre sí, no nada más visualmente. Las pautas que ofrecemos en esta obra son proporcionadas y ofrecidas como una ayuda visual a los lectores y numerólogos que tengan interés en trabajar con ellas. Los objetos visuales tomados del cuadro védico son puramente geométricos. Jugar con estas pautas hará intervenir a los dos hemisferios del cerebro y ayudará a la facultad de la intuición a obtener la información escondida tras estas figuras. Juntando los puntos medios de los seis cuadrados en que se repite el número 1, se forma la pauta del número 1. Cuando ponemos esta pauta sobre otras obtenidas sobreponiendo otros números similares, literalmente podemos ver sus correlaciones. Si coloreamos estos cuadros con los colores de los planetas que corresponden a cada número, se puede conseguir una visualización de color. Todo el mundo puede hacer una visualización sobreponiendo la pauta formada por su número psíquico, el del nombre y el del destino. (Véanse las páginas 15-21 para saber cómo obtener estos números.)

Las siguientes páginas describen el cuadro védico y muestran las diferentes pautas de los números derivados del cuadro.

FORMACIÓN DEL CUADRO

El cuadro védico es un cuadrado de nueve tablas de múltiplos de los nueve números básicos. Para hacer un cuadro védico debemos tener un cuadrado con nueve divisiones iguales de cada lado. Juntando las líneas divisorias de todos los lados obtenemos un cuadrado con 81 unidades de igual tamaño. Coloquemos ahora en ambos la fila superior y la columna izquierda de los números 1 al 9. Todas las filas restantes se crean multiplicando los elementos de estas dos. Todos los números dobles se reducen (por adición) a números enteros simples. Cuando ponemos los números bajo la tabla del 2, por ejemplo, debemos usar el método siguiente:

La tabla del dos será 2, 4, 6, 8, 1, 3, 5, 7, 9. La tabla del tres será 3, 6, 9, 3, 6, 9, 3, 6, 9. La tabla del cuatro será 4, 8, 3, 7, 2, 6, 1, 5, 9 y así sucesivamente.

EL NÚMERO NUEVE

Hay algo que se percibe de inmediato y es la presencia persistente del número 9. Así pues, vemos que por sí solo este número elegante forma dos de los bordes del cuadro. El nueve es el último número, no cambia; todos los múltiplos del nueve son nueve. También podemos comprobar que si sumamos cualquier número al número 9, seguirá siendo el mismo; el nueve no perderá su identidad:

y así sucesivamente.

Así pues, al examinar el cuadro védico descubrimos algo básico para la numerología hindú. Dado que agregar nueve a cualquier número no altera ese número, en este sistema numerológico el 9 (o cualquier número equivalente) se hace a un lado antes de empezar los cálculos.

Al calcular números totales simples, resulta más fácil omitir simplemente el número 9, y de ese modo no desperdiciar energía. Hagamos un número simple completo para una persona nacida el 12 de mayo de 1934:

Sumemos los dígitos restantes.

Igualmente para sacar un número total simple de los siguientes dígitos tomados al azar:

Tachemos el nueve y las siguientes combinaciones:

Dado que todos los números se cancelan, el número total resultante es 9. Así pues, vemos que el número 9 debe omitirse para facilitar los cálculos. En el sistema hindú, el número 9 está situado más allá de la “octava de Prakriti” (o el universo manifiesto). Conocido como la naturaleza primordial, Prakriti está compuesto por los tres Gunas (3) y cinco elementos (5). Yendo más allá de esta naturaleza transitoria, resulta que el 9 es, por consiguiente, el número de la incambiable Purusha (conciencia).

Los ocho números de Prakriti más uno, la Purusha, forman nueve—el mundo manifiesto de nombres y formas—. Esta Purusha se vuelve múltiple y crea formas en combinación con el óctuple Prakriti. Si vemos los múltiplos del número 8 en el cuadro védico, observaremos una reducción gradual de8a7a6(8xl =8,8x2 = 16 = 7, 8 x 3 = 24 = 6) y así sucesivamente hasta llegar a 1; así pues, cuando se multiplica 8 por 9 alcanza su poderío pleno y se vuelve 9 (8 x 9 =72 = 9). Regresa a 8 cuando se multiplica por 10 que es un 1 con un 0), vuelve a hacerse de su número básico 8 con un0:8xl0 = 8, y puede crear una serie de ochos con 1 y 2 y así sucesivamente hasta 89, donde una combinación del 9 lo deja atrás y empieza su propia serie del 9. Por consiguiente, 9 es el número de Purusha e indica que está completo. Ocho es el número de Prakriti y se reduce gradualmente para producir otros números.

Estos conceptos, que básicamente son matemáticos en su naturaleza, originaron la ciencia mística de los números conocida con el nombre de numerología. Esta ciencia empieza con el estudio de los números como la representación de la energía cósmica que encarna poder y significado oculto. Dar un número particular a la naturaleza primordial, llamándola óctuple, y percibiendo la existencia a través de los vehículos de los cinco elementos y tres Gunas, permitió a la mente humana ver la unidad en la diversidad y observar las leyes fundamentales que obran en la base de toda la existencia. Reduciendo lo innumerable a números, y contemplando lo innumerable a través de números, hizo que el hombre pensara en los nueve números básicos no como simples dígitos, sino como agentes de energía cósmica. Muy pronto cada número asumió una personalidad propia, que ayudó al hombre a determinar la dinámica de sus relaciones con personas y objetos.

EL JUEGO DE OPUESTOS

El cuadro védico claramente revela el juego de opuestos que sucede en el proceso de multiplicación de números. La pauta visual creada combinando el 1 con el 4 forma una diagonal que conecta la parte superior izquierda y la derecha inferior del cuadrado. Y la pauta creada uniendo el número 5 al número 8 es justamente lo opuesto, que conecta la esquina derecha superior con la porción izquierda inferior del cuadrado. Las pautas 1 y 8 son exactamente opuestas entre sí, como también lo son 2 y 7, 3 y 6, y 4 y 5. El 9 crea su propia pauta, no complementada por ningún otro número en el cuadro védico.

Estos “opuestos por naturaleza” se pueden encontrar también en las progresiones numerológicas. En la columna 1 del cuadro védico los números progresan secuencialmente del 1 al 9, en tanto que en la columna 8, que es opuesta a la 1, marchan en orden inverso. Similarmente, este es el caso de 2 y 7, 3 y 6, y 4 y 5.

Vale la pena observar que todos los números se convierten en 9 antes de ser multiplicados por 10 y de comenzar su propia serie de números (véase la descripción del 0 en la pág. 11, donde se dan más detalles de estas series).

Estas oposiciones numéricas también se ven si atribuimos números a las nueve energías cósmicas que influyen en nuestro sistema solar:

Conforme a la información sacada del cuadro védico (véase página 31), unir números opuestos crea la misma pauta básica, con la diferencia de que están invertidos. Sin embargo, según la astrología el Sol (1) y su opuesto, Saturno (8), tienen energías enteramente diferentes tanto en aspectos de pautas como en conducta. Así pues, el cuadro védico sólo ayuda hasta cierto punto a nuestra comprensión de los números: mediante la observación de sus pautas visuales y sus relaciones cuando se sobreponen. El poder místico escondido en los números, que en un momento dado revela lo impredecible, no es revelado en el cuadro védico. Para ello, el numerólogo debe acopiar información de muchas fuentes, entre ellas la mitología, la astrología y la Cábala.