15 La estrofa

Después de la palabra, el verso; después del verso, la estrofa. También la estrofa ocupa su lugar —coincide en ocasiones— antes del poema, y forma parte esencial de la estructura del texto poético, asumiendo una búsqueda cuádruple: la del rumbo de la gráfica, la música, el ritmo y el significado en el poema. Y no existe una única estrofa, sino que depende de rimas y de números de sílabas.

Cronología

1330
Sextillas en el Libro de buen amor, del Arcipreste de Hita
c. 1481-1482
Juan de Mena emplea la copla de arte mayor en Laberinto de fortuna
1569
La Araucana, de Alonso de Ercilla, compuesto por octavas reales
siglo XX
La generación del 27 revitaliza la soledad

Según la RAE, la estrofa es «cada una de las partes compuestas del mismo número de versos y ordenadas de modo igual de que constan algunas composiciones poéticas». Esta definición excluiría a los poemas compuestos por tiradas de versos libres —y que también constan de estrofas—, pero sí acota la función de la estrofa en la poesía de raigambre más clásica. En otras ocasiones se especifica que un signo de puntuación marca el final de la estrofa, aunque no siempre ocurre así, en especial ante recursos como el encabalgamiento [ver capítulo 27].

Sin embargo, comprendiendo que buena parte de la poesía mantiene una línea en cuanto a acento, ritmo y métrica, en la poesía en lengua castellana existen distintas estrofas características. Para explicarlas utilizaremos los indicadores que —te recordamos— señalan los versos de arte menor en minúscula (a) y los versos de arte mayor en mayúscula (A).

Estrofas de dos versos

La principal es el pareado: dos versos que riman entre sí, casi siempre de forma consonante, con estructura métrica aa. Existen otras tres formas menores: la alegría, surgida del flamenco y formada por un pentasílabo y un decasílabo; el aleluya, un pareado compuesto por octosílabos; y una rareza, el dístico elegiaco, que imita la estrofa clásica grecolatina. El término «dístico» se emplea a veces para nombrar dos versos libres que conforman una estrofa.

Estrofas de tres versos

El terceto se compone de tres versos de arte mayor —endecasílabos, por lo general— con rima mayoritaria ABA, en consonante; el tercetillo sería su versión en arte menor. Por su parte, la soledad es una copla de tipo popular que parte del esquema del terceto, pero se desarrolla con rima asonante y varía en ocasiones la extensión de los versos.

Estrofas de cuatro versos

Existen varias posibilidades, y para distinguirlas nos fijaremos en el esquema métrico que las guía. Por ejemplo: cuatro versos de arte mayor con esquema métrico ABBA —rimando en consonante— conforman el cuarteto; igual que en otros casos, existe una variante con versos de arte menor, la redondilla. Si la rima se distingue como ABAB —es decir, cruzada [ver capítulo 13]—, de nuevo con rima consonante, la estrofa se llama serventesio cuando se utilizan versos de arte mayor, y cuarteta si son versos de arte menor.

Tres rarezas en esta suma generosa: la copla, cuatro versos de arte menor en los que el segundo y el cuarto riman en asonante, con el resto sueltos; la cuaderna vía, característica del mester de clerecía [ver capítulo 35], en la que cuatro alejandrinos riman en consonante según el esquema AAAA; y la seguidilla, con rima abcb —consonante o asonante: ambas se entienden válidas—, en la que los versos impares son heptasílabos y los pares pentasílabos.

«La música de la poesía debe ser una música latente en el lenguaje ordinario de su tiempo.»

T. S. Eliot, 1888-1965

Estrofas de cinco versos

A mayor número de versos, mayor variedad en los esquemas métricos. Para el quinteto, una estrofa de cinco versos de arte mayor con rima consonante, se barajan varios —el más frecuente es ABAAB— con dos prohibiciones: la rima no puede repetirse durante tres versos seguidos, y la estrofa no puede finalizar con un pareado. Del quinteto surgen distintas variantes: la quintilla real, también conocida como «quintilla endecasílaba» porque se forma con ese metro; y la quintilla, el quinteto con versos de arte menor. Se compone igualmente de cinco versos la lira, con rima consonante y heptasílabos en el primer, tercer y cuarto verso, y endecasílabos en el segundo y el quinto verso. A esta estrofa se la conoció como «quintilla de Fray Luis de León», en homenaje al poeta que la utilizó con mayor sabiduría.

Estrofas de seis versos

En el caso de las estrofas de seis versos, se quiebra la situación habitual: el nombre no varía según la extensión del verso, sino que los esquemas métricos lo ponen todo patas arriba. El sexteto combina versos de arte mayor y menor —generalmente heptasílabos y endecasílabos—, con rima consonante y un esquema casi siempre fiel a aBabcC: rima cruzada en los cuatro primeros, pareado en los dos últimos. La sextilla se mantiene en el arte menor —suele emplearse el octosílabo— y en la rima consonante, con combinaciones múltiples: aabaab, ababab, abcabc, abacbc… Con ella tiene relación la copla de pie quebrado o copla manriqueña [ver capítulo 16], sobre la que queremos hablarte más tarde por sus peculiaridades históricas.

Estrofas de ocho versos

Igual que sucediera al adentrarnos en los versos de arte mayor, algunos de ellos compuestos por varios tramos o hemistiquios, también sucede algo similar en las estrofas más extensas. La copla de arte mayor la forman dos cuartetos —recuerda: cuatro versos de arte mayor con rima consonante— enlazados, con rima diferente en los versos segundo y tercero de cada uno, es decir: según el esquema ABBAACCA. En muchas ocasiones se recurre al dodecasílabo.

Para definir las otras estrofas de otros versos merece la pena asomarse a Italia, o al menos a su literatura, pues de ella provienen [ver capítulo 19]. La octava real —u octava rima— se compone de endecasílabos que riman en consonante (ABABABCC), con rima alterna hasta el pareado final, y la octava italiana —u octava aguda— la forman versos de arte mayor con rima consonante, siguiendo un complejo esquema: ABBCDEEC. El primer verso y el quinto se dejan sueltos; el segundo rima con el tercero, el sexto con el séptimo y el cuarto con el octavo, debiendo ser estos últimos versos agudos u oxítonos. La octavilla italiana se fijaría en estas normas, desarrollándolas con versos de arte menor.

Estrofas de diez versos

La décima espinela se sacude el nombre y muestra un esquema bien sencillo: abbaaccddc, con versos octosílabos y rima asonante, sin más complicaciones. La copla real —también llamada «falsa décima»— se sirve de versos de arte menor, y consiste en la unión de dos quintillas según el esquema abaabcdccd.

La idea en síntesis: la estrofa es la directora de orquesta del poema