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Me subí las mantas hasta la barbilla y le di la espalda a Alexa. Su colchón estaba justo al lado de mi cama, no podía soportar estar mirando en su dirección. La luz de la luna llena brillaba a través de la ventana y podía ver el contorno de mi gemela. Ella se había sorprendido tanto como yo al enterarse que Mike estaba siguiendo a Alexa en Instagram. ¿Había encontrado Alexa su cuenta y lo había seguido primero? ¡Seguramente había sido así, no me creía que hubiese sido al revés!
La envidia se clavó en mí como una puñalada. No eran imaginaciones mías el intercambio de miradas de interés entre los dos. Había sido real y el
Siguiendo de Instagram lo había confirmado.
Si Mike había seguido a Alexa primero, ¿cómo la había encontrado? Nunca habíamos mencionado su apellido. Tendría que haber buscado en la lista de mis amigas. Lo imaginé recorriendo la lista con la esperanza de localizarla.
Tal vez yo estaba exagerando, como me había dicho Casey. Mike era un muchacho simpático. Era amable con todo el mundo. ¿Sentía pena por Alexa porque Casey y yo no la habíamos recibido bien? ¿Sería nada más que eso?
Por más que tratara de convencerme a mí misma, intuía que había algo más. En lugar de animar a Mike a que yo le gustara más, lo empujé a los brazos de la chica nueva que se había mudado a la casa de al lado.
Tenía ganas de gritar de la bronca. Nunca había tenido que competir así antes. Casey había pasado por lo mismo con Jake. En primer lugar, Ronnie trató de clavar sus garras en él, después llegó Meg e hizo todo lo posible para ganarse a Jake, la siguió Madison, que lo persiguió en el campamento. Cada chica había competido con Casey por la atención de Jake, pero mi gemela había ganado al final. Ella se había mantenido firme y así se las arregló para quedarse con el chico de sus sueños. ¿Podría yo hacer lo mismo?
Apreté los dientes. De ninguna manera iba a permitir que una extraña llegara y me robara a Mike. Por más que fuera una diosa. Eso no iba a pasar.
