Esta historia fue escrita para mis hijos:

Chad, la Suave Profundidad
Nicholas, el Explorador Tierno
Andrew, el Bondadoso Afecto
Amy, la Alegre Conocedora
Alexandra (Lexi), el Poder Radiante
Matthew, la Maravilla Naciente

y está dedicada en primer lugar a

Kim, mi Amada, gracias por salvar mi vida;

y en segundo a

“…los perdidos con fe en el reino del Amor.
Pongámonos de pie para que brille”.