Jag volvió a la capital con Rita porque ella tenía razón.
Podría haberla dejado para que estuviera segura y se habría portado como el padre de ella, habría exigido que ella cediera por su amor.
Todavía no podía creerse que hubiese confesado lo que había confesado. Los momentos frenéticos que había pasado desde que lo supo hasta que se lo soltó a ella solo podían compararse con lo mal que lo había dicho.
Aun así, tampoco había encontrado la solución para mantenerla a salvo de su padre, solo había conseguido perder su favor.
Era paradójico que todo lo que más había temido, enamorarse de Rita y tener hijos con ella, hubiese quedado en nada si se comparaba con el daño que le había hecho solo por hablar.
Sin embargo, aunque hubiese sido muy torpe al comunicarse con Rita, sabía que tenía razón al no dejar de preocuparse por su padre.
Solucionaría las cosas con ella más tarde, durante la vida que los esperaba por delante, aunque tuviera que dedicarla entera a que se enamorara de él, pero se ocuparía de su padre en ese momento.
Iría dentro de un rato a la televisión nacional y desprestigiaría el nombre de su familia. Aunque también esperaba devolverle el honor si su padre caía por el camino.
Seguramente, el plazo de tiempo más peligroso para Rita y sus hijos sería el que transcurriría entre el final de la emisión y el arresto de su padre, y por eso había duplicado la seguridad alrededor del palacio.
Rita, naturalmente, se había negado a ir a un sitio más seguro, pero Rafida le mandaría información sobre el estado de su esposa.
No le había llegado nada, pero él, después de haber esperado bastante tiempo, había mandado más guardia de refuerzo. Quería que sus hijos y ella estuvieran seguros.
Veintisiete minutos más tarde, la misma cifra que la edad de Rita, salió ante los focos de la televisión y el remate de su plan se puso en marcha.
No podía saberse hasta dónde podría llegar su enrabietado padre antes de que lo capturaran, pero su reinado de control y manipulación había terminado.
Desgraciadamente, la repuesta llegó poco después, cuando el jefe de su servicio de seguridad le mandó un mensaje.
Rita había salido un momento a tomar el aire en el patio y había desaparecido.
Según el jefe de seguridad estaban buscándola, pero él podría haber dicho que no se preocuparan. Él sabía dónde podría estar y lo que tendría que hacer para recuperarla.