La nueva semana comenzaba con la ilusión de que César nos avisara para ir a visitar la fábrica.
El martes, al salir de una de las clases, Cata nos estaba esperando en el pasillo y nos llamó aparte un momento. Nos extrañó porque su cara no era precisamente de ilusión.
—Tengo malas noticias —comenzó diciendo—. Me ha llamado César hace un rato porque, al parecer, ayer quedó con Marcus para visitar la fábrica el jueves por la tarde.
—Pero eso no son malas noticias —señalé.
—Me temo que sí —aseguró Cata con pesar—. Precisamente nos iba a llamar hoy para quedar, pero cuando ha llegado al garaje esta mañana se ha encontrado con una sorpresa: SUSI había desaparecido.
—Pero ¿cómo…? ¿Han entrado a robar en el garaje? —preguntó Sonia.
—Pues César dice que la puerta no estaba forzada y no había ninguna señal de robo, pero SUSI no estaba. Parece obra de profesionales.
En ese momento, todos nos miramos y creo que la misma idea surgió a la vez en nuestras cabezas. Teníamos que ayudar a César.
—Oye, Cata, ¿crees que a César le importará si nos pasamos por allí al salir del colegio? Igual podemos ayudar en algo —dije.
—Pues no sé. No creo que le importe, pero esperad, que le llamo y le pregunto. Después de una breve conversación con él, Cata nos dijo que César iba a estar todo el día en el garaje, así que nos podíamos pasar cuando quisiéramos.
Ese día, al salir del cole, fuimos a casa a dejar las cosas y a comer en plan rápido. Esmeralda le había pedido permiso a su madre y se había quedado a comer con nosotros.
Sara-Li no conocía la historia de SUSI, pero cuando se la contamos durante la comida, pareció interesada y, como ese día no tenía clase con los magos, se apuntó a la visita con Maxi.
Cuando llegamos al garaje de César, llamamos directamente a la puerta. Habíamos quedado con Cata en que ella iba por su cuenta y seguramente ya estaría allí.
César abrió la puerta.
—¡Hola, chicos! Gracias por venir —dijo mientras le seguíamos al interior y devolvíamos el saludo—. Pensaba que podía ser la policía. Han dicho que se pasarán esta tarde.
Cata ya estaba allí como habíamos supuesto.
—¿Hay algo nuevo? —preguntó Esmeralda cuando ya estuvimos todos dentro.
—¡Nada! —respondió César cabizbajo—. Seguimos sin tener ninguna noticia. Por la mañana he recorrido los alrededores por si encontraba alguna pista, pero no he visto nada. Lo único que sé es que SUSI no es lo único que ha desaparecido.
—¿Se han llevado más cosas? —preguntó Óscar mientras se acercaba a la puerta, la abría y miraba un momento hacia afuera. Ya estaba mi hermano con alguna idea chisporroteando entre sus neuronas.
—También ha desaparecido BB, un libro y una especie de cesta-mochila que se acopla en la espalda de SUSI con unos imanes —aclaró César.
—¿Han robado a BB y un libro? Eso no cuadra mucho con ladrones de tecnología —apuntó Sonia—. ¿Era algún libro raro de robótica o de IA?
—¡Para nada! Era un ejemplar de Las aventuras de Tom Sawyer revisado para primeros lectores. Uno igual que este —dijo César mientras señalaba un libro que estaba abierto encima de la mesa—. En los entrenamientos de lectura nos alternábamos a leer páginas y por eso tenía dos ejemplares del mismo libro.
Mientras tanto, Óscar había salido a la calle y, casi sin dejar que César terminara la frase, llamó nuestra atención desde el exterior.
—¿Habéis visto eso? —preguntó mientras señalaba algo que no podíamos ver desde dentro.
Nos asomamos a la puerta para ver a qué se refería. Su dedo señalaba al local que estaba al lado del garaje. Era una farmacia con su cruz verde encendida.
—¡Wow! ¡Increíble, una farmacia! ¡Y seguro que está llena de medicinas! —exclamó Sara-Li con sarcasmo.
—¡Muy graciosa! Pero mientras vosotros os reís, mi cerebro privilegiado puede haber encontrado una pista para identificar a los ladrones de SUSI.
—¿Una pista? —preguntó Cata mientras salía del garaje y miraba en la dirección que señalaba Óscar—. ¿En la farmacia?
—Fijaos en la esquina de arriba del escaparate —dijo mi hermano sin dejar de señalar.
Raúl fue el primero que se dio cuenta.
—¡Hay una cámara! —exclamó.
Todos nos acercamos para verla con claridad. En la parte superior del escaparate, a unos tres metros del suelo y sujeta a la pared, había una cámara de seguridad y, además, apuntaba hacia el lado donde estaba el garaje de César. Si esa cámara era de verdad y estaba grabando, podríamos saber quién había robado a SUSI.
En ese momento, un coche de policía pasó despacio, llamando nuestra atención, y aparcó en un hueco que había unos metros más adelante. Del coche se bajaron dos policías. A uno de ellos ya le conocíamos. Era el sargento Ríos, que venía con una compañera.
El sargento era un viejo conocido de cuando le ayudamos a rescatar unos perros secuestrados. Cuando nos vio en la puerta del garaje, nos saludó con una sonrisa.
—¡Vaya, chicos! ¡Qué casualidad veros por aquí! ¿Tenéis algo que ver con el robot que han robado?
César se adelantó a nuestra respuesta.
—Soy yo quien ha llamado —indicó estrechando la mano del sargento y de su compañera—. Ellos son unos amigos.
—¡Hola, soy el sargento Martín Ríos! —saludó—. Ella es la agente Susana Holmes.
César les contó lo que sabía y al final les comentó lo de la cámara mientras señalaba a lo alto de la pared. El sargento entró en la farmacia para ver si podía conseguir las imágenes, y su compañera le pidió a César una foto de SUSI. Este rebuscó en su móvil y le envió algunas.
—¡Vaya! Este robot me suena —dijo la agente al ver las imágenes—. ¡Creo que lo he visto en el periódico de ayer! —y diciendo esto, se metió en el coche y, al momento, volvió con un periódico en el que empezó a pasar páginas—. ¡Aquí está!
Mostrando el periódico abierto, le enseñó a César el artículo en el que salían Marcus, él y SUSI saludando en el podio. César ni se había enterado de que habían salido en el periódico y le pidió quedarse con el ejemplar.
En ese momento, el sargento Ríos salió de la farmacia con un pendrive en la mano y una expresión de sorpresa en la cara.
—Ya tengo las imágenes de lo que ha pasado con SUSI —dijo mostrando el pendrive—. Si tenéis un ordenador ahí dentro lo podemos ver todos —añadió—, pero creo que no va a ser lo que esperáis.