FAUSTINA AVELINO

MAMA VIEJA

Había una vez una joven llamada Faustina que deseaba candombear. A los quince años, mientras miraba las Llamadas, sintió que su cuerpo se movía al compás de los tambores. Pero su padre no la dejaba salir. Faustina tuvo una vida de mucho trabajo. Fue empleada doméstica y dedicó su tiempo y esfuerzo a la crianza de sus hijos. Pero su hija conocía el sueño que albergaba en el corazón de Faustina y por eso le insistió para que se acercara a una comparsa.

¡Y lo hizo! Faustina se volvió popularmente conocida como Tía Tina y, casi a los cincuenta años, cumplió su anhelo: se convirtió en una de las mama viejas más importantes del carnaval uruguayo.

Uno de los personajes típicos de las comparsas es la mama vieja, representa a una mujer muy sabia: la guía espiritual de los pueblos africanos. La vestimenta característica incluye un abanico y una sombrilla, simboliza la sabiduría ancestral. La mama vieja lleva consigo la tradición de las mujeres afrodescendientes y la historia de esclavitud en América Latina y el Caribe.

La danza de Tía Tina es única. El movimiento que despliega con su abanico ha cautivado las miradas y el corazón de quienes la observan. Ha recorrido el país bailando y su presencia es celebrada y admirada por el público. Participó en Concierto Lubolo, la escuela de candombe de Mundo Afro y, desde 1991, en Sarabanda. Fue reconocida en el Día Internacional de las Mujeres Afrodescendientes y de la Diáspora con el premio Amanda Rorra y en el año 2016 obtuvo el premio Figura de Oro del Carnaval.

Recientemente, Faustina fue declarada ciudadana ilustre de la ciudad de Montevideo. Durante la ceremonia exclamó muy emocionada:

—El corazón es el tambor y no hay que aflojarle.

8 DE FEBRERO DE 1941

MONTEVIDEO

Ilustración

ILUSTRACIÓN DE DANIELA BERACOCHEA

¡DISFRUTEN DE LA VIDA Y LUCHEN!

FAUSTINA AVELINO