Había una vez una niña llamada Alba que debía recorrer una legua para ir a la escuela. Nació y creció en Isla Cabellos, una zona rural en el departamento de Artigas. Su mayor anhelo era estudiar. Cuando terminó la escuela, tuvo que ir al departamento de Salto a empezar a cursar el liceo. Pronto, gracias a las políticas de la época, se fundó el liceo de Artigas y Alba fue una de las primeras alumnas.
Se mudó a Montevideo, y con mucho esfuerzo comenzó a estudiar Abogacía. Alba quería ayudar a las personas y construir cambios importantes. Por eso resolvió involucrarse en la política. Se convirtió en una de las primeras mujeres en ocupar cargos públicos de responsabilidad e impulsó proyectos de ley para asegurarles una vejez digna a los trabajadores rurales y a las mujeres. Alba fue senadora durante tres períodos por el Partido Colorado y se convirtió en la primera mujer en ser nombrada ministra en América Latina. Sin embargo, renunció a su cargo ya que tenía fuertes discrepancias con las medidas que se estaban llevando adelante.
Alba era una oradora extraordinaria, cada vez que daba un discurso la gente la ovacionaba. Tenía fuertes convicciones y siempre estuvo comprometida con los más pobres. Luego del fin de la última dictadura cívico-militar volvió a la política con un nuevo partido, el Frente Amplio.
Además de su grandiosa carrera política, Alba era escritora. Publicó siete libros y su poesía se convirtió en parte del repertorio de numerosas manifestaciones artísticas y políticas. Luchó todas su vida por los derechos de las mujeres, impulsó fondos para apoyar actividades literarias, musicales y plásticas, y nunca se olvidó de su Artigas natal.
4 DE AGOSTO DE 1909 – 3 DE SETIEMBRE DE 1996
ISLA CABELLOS – MONTEVIDEO
ILUSTRACIÓN DE DANIELA BERACOCHEA
ME VOY COMO HE VENIDO ENTRE RELÁMPAGOS.
ALBA ROBALLO