Había una vez una niña que creció en un hogar construido con amor y mucho sacrificio. Comenzó a trabajar desde joven para colaborar con su mamá, que se esforzaba día y noche para sostener la vida familiar.
Un día, mientras estaba estudiando matemática para recibirse de profesora, un docente la convocó a participar de un evento que cambió su vida: Ida se convirtió en una de las primeras mujeres estudiantes del Instituto de Computación de Uruguay.
A partir de ese momento su presencia en el mundo de la tecnología fue transformadora. Además de ser líder en la instalación de internet en el país, su temperamento innovador y capacidad de transformación la llevaron a impulsar el desarrollo de internet en el resto de América Latina. Ida se las ingeniaba para combinar el trabajo doméstico y el cuidado de sus hijos, con los viajes e investigaciones. Su entrañable esposo, el artista plástico Anhelo Hernández, era su compañero de todas las horas y con quien compartía la pasión por crear.
Tan importante ha sido su influencia en el mundo de la ciencia y tecnología, que en el 2013 llegó a ser galardonada con el ingreso al Salón de la Fama de la Internet Society. Se convirtió en la primera personalidad de América Latina en obtener esta distinción.
Hoy en día se la reconoce en el continente como la madre de internet. Durante toda su carrera la acompañó el recuerdo de sus orígenes, la pobreza y el esfuerzo que hizo su mamá para llevar adelante la casa. Por eso ha levantado su voz públicamente en defensa del acceso igualitario a la tecnología como camino para lograr la educación e inclusión de las personas que más lo necesitan.
Ida es la madre latinoamericana de internet y ha hecho del compromiso con el conocimiento una forma de rebelión.
1935
MONTEVIDEO
ILUSTRACIÓN DE SABRINA PÉREZ
CREO QUE LOS NIÑOS SON PEQUEÑOS INVESTIGADORES.
IDA HOLZ