Había una vez una niña a la que le encantaba el deporte. Además de ir a la escuela, Johanna jugaba al fútbol y al hándbol. Un día fue a ver correr a su primo, que hacía ciclismo en categorías menores, y descubrió que había muchas chicas andando en bicicleta. En ese momento se despertó su amor por el ciclismo.
Sus padres notaron el entusiasmo de Johanna y, con esfuerzo, le regalaron su primera bicicleta, era roja. Se incorporó rápidamente a las categorías menores y comenzó a competir. Al principio no fue fácil. Aunque la escuela de ciclismo era mixta, en las carreras los varones le hacían sentir que no podía competir por ser una chica. Eso no detuvo a Johanna, pero un fuerte accidente afectó sus vértebras a los catorce años.
Luego de la recuperación entrenó y se abrió camino en un ámbito muy dominado por los hombres. Ha ganado numerosos premios en montaña, pista y ruta. Integró diversos clubes y se convirtió en la primera mujer en correr con un equipo masculino en primera.
Actualmente es una gran referente del ciclismo femenino dentro y fuera del país. Obtuvo la medalla de bronce en los Juegos Panamericanos y es la única mujer uruguaya en haber ganado premios especiales en el Tour Femenino. Además de esforzarse y entrenar muy duro para continuar creciendo en carreras y competencias, Johanna lucha para que haya más apoyo y reconocimiento para las deportistas mujeres.
Cada vez que termina una carrera se emociona al pensar en todos los obstáculos que ha tenido que sortear:
—Cuando termina una carrera siempre me espera la cara de felicidad de mi hija.
1 DE DICIEMBRE DE 1984
MONTEVIDEO
ILUSTRACIÓN DE CLAUDIA PREZIOSO
EL CICLISMO ME APASIONA, EL DEPORTE ES MUY BUENO PARA LA SALUD FÍSICA Y MENTAL.
JOHANNA BRACCO