Había una vez una joven abogada llamada María Esther que llegó a convertirse en una de las entrevistadoras más importantes de la región. Luego de obtener el título de abogada y de haber formado una familia, María Esther comenzó a escribir en artículos para la prensa.
Cuando publicó una de sus primeras notas culturales, el director de un importante semanario del momento, Marcha, la llamó y le hizo una propuesta: le ofreció hacer una entrevista pero le daría los detalles del entrevistado después de saber si aceptaría. María Esther, fiel a su espíritu curioso, aceptó. Y su vida cambió por completo.
El periodismo se transformó en su vocación y su compromiso. Logró entrevistar a las personalidades más importantes de la época, publicó libros, enfrentó amenazas y fue una de las pocas periodistas que logró ingresar a una cárcel, gracias a su carnet de abogada, para recoger testimonios durante la dictadura.
Se vio obligada a abandonar el país durante muchos años. Si bien en Brasil y Argentina tuvo que tomar diversos trabajos para poder sobrevivir, la vocación por el periodismo solo se fortaleció.
Luego de su regreso a Uruguay, continuó trabajando para varios medios de comunicación de la región. En cada entrevista conseguía descubrir algo que nadie más había logrado encontrar. Sus reportajes se hicieron tan populares que consiguió entrevistar a destacadas figuras públicas.
Para María Esther toda vida tenía un misterio a descifrar y toda historia tenía valor para ser contada. Por eso también tomó riesgos y contó la historia de gente anónima y olvidada. Su calidez, inteligencia y audacia son recordadas hasta hoy y aún se suele escuchar que «todo el mundo quería ser entrevistado por María Esther Gilio».
3 DE JUNIO DE 1928 – 27 DE AGOSTO DE 2011
MONTEVIDEO
ILUSTRACIÓN DE LAURA CARRASCO
EL PERIODISMO ES UN AMOR PARA TODA LA VIDA.
MARÍA ESTHER GILIO