La música era parte de la vida cotidiana de la familia de Renée. Ella estudió desde pequeña y tocaba para quienes visitaban la casa del Prado; dio su primer concierto de piano con tan solo siete años, así que estar en un escenario nunca le daría miedo.
Su deseo de conocer y explorar la diversidad sonora llevó a que Renée viajara por diferentes países. Se fue becada a Francia para realizar estudios de música electroacústica y se consolidó como compositora, intérprete y directora de orquesta.
Eligió regresar a América Latina porque quería volcar todo el conocimiento que había adquirido. Integró el Núcleo de Música Nueva de Montevideo, desarrolló diferentes ciclos musicales y fue fundadora de la orquesta de cámara Ars Musicae y de la Orquesta de Cámara de Jóvenes. Compuso piezas para teatro y recibió dos veces el premio Florencio. Dirigió la Orquesta Filarmónica de Montevideo, la Orquesta Sinfónica del Sodre y se editaron varios discos con obras de su autoría.
La pasión de Renée por la música siempre ha estado atravesada por la comunicación con el público, por eso suele hacer que la gente cante, baile, juegue y acompañe cuando ella aparece con su mágico espíritu musical.
Ha dedicado su vida a la educación y difusión de la música, llevó adelante ciclos en la Televisión Nacional y ha trabajado incansablemente con los jóvenes. La sala de conciertos en el sótano del hogar construido por su bisabuelo, donde debutó cuando era una niña, continúa siendo el mágico espacio donde se hacen conciertos para niños y adolescentes.
Su carrera como compositora, pianista, directora y divulgadora musical ha sido reconocida en todo el mundo y la ha transformado en la embajadora musical de Uruguay.
17 DE DICIEMBRE DE 1938
MONTEVIDEO
ILUSTRACIÓN DE MICHELLE MALRECHAUFFE
LA MÚSICA NOS UNE.
RENÉE PIETRAFESA