Había una vez una niña llamada Dolores que miraba pasar los barcos por el río Uruguay. Desde muy pequeña practicó deportes, pero no imaginaba que se convertiría en una de las deportistas olímpicas más jóvenes del país.
Cuando tenía nueve años acompañó a su primo, que practicaba deportes náuticos, y supo que quería ser velerista. Lola comenzó a entrenar en Paysandú y Montevideo. Un día fue a escuchar una charla del regatista Alejandro Foglia y se dio cuenta que, si se lo proponía, ella también podría llegar a ser una deportista olímpica.
A los catorce años compitió en los Juegos Sudamericanos de la Juventud en Lima y volvió a Uruguay con la medalla de oro. Su meta era lograr competir en los Juegos Olímpicos en la categoría femenina Laser Radial, ¡y lo logró! Con dieciséis años, consiguió la medalla de plata en los Juegos Panamericanos de Toronto y la clasificación a los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro. Al regresar a Montevideo recibió una noticia inesperada, había sido elegida como la abanderada de Uruguay. Con solo diecisiete años, cruzó un estadio olímpico representando al país en Brasil.
A Lola le encanta estar sola en el agua navegando en su barco, porque siente una profunda libertad y conexión con la naturaleza. Para ella, cada regata es un reto único. A pesar de que tiene una rutina de entrenamiento muy exigente, tanto su familia como sus amigos la apoyan y acompañan en cada nuevo desafío que se propone.
Es la primera atleta uruguaya en estar clasificada para los Juegos Olímpicos de Tokio 2021. Lola se prepara con esfuerzo y disciplina para una nueva meta, contra viento y marea.
16 DE FEBRERO DE 1999
PAYSANDÚ
ILUSTRACIÓN DE GENOVEVA PÉREZ
… ESE ORGULLO DE REPRESENTAR UN PAÍS PEQUEÑO DE POBLACIÓN Y TAMAÑO PERO GIGANTE POR SU GENTE.
DOLORES MOREIRA