Había una vez una niña que se convertiría en la primera mujer en firmar un billete en el continente americano. A Elizabeth siempre le gustó estudiar, por eso su familia hacía grandes esfuerzos para que tomara clases de idiomas y música. En el liceo fue dándose cuenta de que el trabajo en equipo genera los mejores resultados. Un día, resolvió ir a estudiar a Francia para profundizar en sus inquietudes. Si bien era una decisión difícil, sus hijas y su esposo la alentaron a seguir sus sueños.
Elizabeth no se detuvo. A su regreso estudió Sociología y se incorporó en la administración pública. Quería devolverle a la sociedad todo lo que había aprendido gracias a la educación pública.
Llegó a ocupar el cargo de secretaria general del Banco Central y trabajó incansablemente para lograr que las personas conozcan la labor que se realiza. Fue así que llegó a convertirse en la primera mujer en firmar billetes en Uruguay, ¡y en el continente! También fue la primera mujer en la colección de retratos de autoridades. «En un mundo de hombres como el financiero, también quedará ese testimonio que me interpela, del orgullo personal a la desigualdad que significa que en el siglo veintiuno las mujeres aún seamos las primeras en ingresar en algunos mundos».
Elizabeth ha participado en encuentros internacionales que buscan promover la equidad y sueña con que las mujeres logren ocupar espacios de alta dirección. Fiel a la niña que creció en el Cerro de Montevideo, nunca dejó de estudiar ni de trabajar en equipo.
3 DE MAYO DE 1954
MONTEVIDEO
ILUSTRACIÓN DE DENISSE TORENA
SEAMOS SABIAS JUNTAS, COMO LAS BRUJAS, QUE NUESTRA HUELLA (EN LO QUE ELIJAMOS HACER) SEA INSPIRADORA..
ELIZABETH ORIA