Capítulo II


La primera salida de don Quijote

 

P

ensó don Quijote que el mundo le necesitaba y que tenía que salir a vivir aventuras.

Así una mañana de julio, se puso la armadura de su bisabuelo que había limpiado, subió a su caballo Rocinante y salió al campo por la puerta del corral. No dijo a nadie lo que iba a hacer y nadie lo vio irse.

En ese momento recordó que no podía entrar en batalla. No había sido armado caballero. Según las leyes de caballería no podía luchar con nadie hasta que no fuese armado caballero. Decidió que el primer caballero andante que encontrase le armaría caballero.

Caminó todo el día montado en Rocinante sin que nada ocurriera. Al atardecer don Quijote  y su caballo estaban muy cansados y muertos de hambre. Entonces a lo lejos vio una posada. En su cabeza se imaginó un castillo y que el señor de ese castillo podía armarle caballero.

En la puerta de la posada había dos criadas. Don Quijote creyó que las dos criadas eran dos princesas. Ellas cuando lo vieron vestido de aquella manera, con su armadura, la lanza, el escudo y el casco se asustaron y fueron a esconderse.

Don Quijote les dijo:

—No huyan, no teman nada señoras.

Cuando oyeron que las llamaba señoras se echaron a reír. Don Quijote se enfadó. Entonces salió el posadero. Al ver a don Quijote estuvo también a punto de echarse a reír. Sin embargo hablando muy tranquilo dijo:

—Señor caballero, en esta posada tenemos comida, vino y agua para su caballo.

—Señor, cualquier cosa estará bien— respondió don Quijote.

—Entonces baje del caballo— dijo el posadero.

El posadero le ayudó a bajar del caballo.

—Cuide bien a mi caballo, señor— dijo don Quijote—, pues no hay caballo en el mundo mejor que este.

El posadero miró al caballo, le pareció viejo,  feo y que no valía para nada. Luego llevó a Rocinante a la cuadra mientras las criadas ayudaban a don Quijote a quitarse la armadura. Consiguieron quitarle todo menos el casco.

Don Quijote creyó que eran dos bellas princesas las que le ayudaban y les dijo:

—Señoras mías, mi nombre es don Quijote de la Mancha y Rocinante es mi caballo. Suyo soy desde este momento.

Puso el posadero una mesa en el patio de la posada. La comida era bacalao y un pan duro. Como no pudo quitarse el casco no podía comer ni beber. Tuvo el posadero que introducirle la comida por debajo del casco y le dio de beber con una cañita.

Imaginó don Quijote que estaba en un bello y lujoso castillo. Que las criadas eran dos bellas princesas y que el posadero era el señor del castillo. Imaginó que la comida eran ricos manjares y que bebía el mejor vino del mundo en lugar de agua del pozo.