9 de octubre de 1945

Amado Heinrich:

Nos encontramos en Gran Canaria. Aunque fue un viaje un poco incómodo, en submarino, hemos llegado con bien.

Debo confesar que el coraje y la rabia se apoderaban de mí constantemente al saber que los enemigos han despedazado nuestra tierra. No sé si lograré algún día sentirme en paz otra vez y llamar hogar a otro sito del mundo que no sea Alemania, pero sé que pasará mucho tiempo para que nuestra patria vuelva a ser la de antes.

Tengo fe en que así sea. Adolf ya está haciendo nuevos planes con nuestros aliados al otro lado del océano.

Eva Braun