Te envuelvo con mis letras
y sé que a veces no quisieras enredarte
en mis metáforas de amaneceres grises
o rosados atardeceres.
Me preferís menos etérea,
más de carne y hueso,
ajustada a la vida cotidiana,
con pasos más firmes.
No te gusta verme débil,
distraída,
paseando con mi mente por el pasado
con lágrimas enfrascadas
que aún no he llorado.
Te envuelvo con mis puntos y comas
y quisieras soltarte
de las rimas y los cuentos.
Sentirme cerca y que mi beso
no sea tinta que se convierte en verso.
Me preferís en el abrazo firme
que me sostiene
cuando caminamos juntos
y el sol nos acaricia sin prisa,
y sin miedo.
Te envuelvo con paréntesis,
con punto y coma,
con un ritmo acelerado
entre mis latidos más callados.
Me pierdo en la escritura
y en esa imperfección que soy
me amas
y yo… mucho más.
Cuando tus labios se sonríen,
quiero agradecerte que estés aquí y que no seas un cuento.