Tardé mucho tiempo en escribir este libro en particular. Por fortuna, he contado con la ayuda de la mejor gente del sector, sin ellos este libro no existiría.
Amy Einhorn. En tu caso, no sé ni por dónde empezar. Gracias por creer en un proyecto que no estaba del todo claro y por ayudarme a convertirlo en el libro que soñaba escribir. Te has implicado y has hecho mucho más de lo que podía esperar; has trabajado con una dedicación increíble. Eres la mejor, sin discusión, y soy consciente de la suerte que tengo al trabajar contigo.
Conor Mintzer, también conocido como Con Man o Con Air. Gracias por fijarte en mí, por tu buen hacer editorial y por tus recursos fascinantes. A la hora de hacer el ridículo en Las Vegas, mejor hacerlo contigo que con ningún otro. Te quiero, compañero.
Maggie Richards. Gracias por todo (iba a decir «por tu diabólico plan para conquistar el mundo», pero tampoco quiero hacerte quedar como uno de esos genios del mal que aparecen en las películas de James Bond).
Pat Eisemann y Catryn Silbersack, dos ases de la publicidad. Os estoy eternamente agradecido por hacer que este libro tenga repercusión. Está claro que sois expertas en el arte del soborno.
Caitlin O’Shaughnessy. Gracias por llevarme al mercado y asegurarte de que salga de allí con algo más que judías mágicas.
Chris Sergio y Karen Horton, gracias. Seré muy feliz si la gente juzga este libro por su cubierta original.
Jason Reigal, gracias por convertir mis palabras en algo por lo que puedo obligar a pagar, a mis seres queridos / a cualquier persona con quien tenga contacto.
Kenn Russell,me postro ante tu grandeza (Conor te llamó «zar»).
Maggie Carr. Existen las correcciones de estilo y luego está la corrección de estilo de Maggie Carr. Gracias por tu asombrosa meticulosidad y por hacerme sonreír en los márgenes. Si pagaran por error, estoy bastante seguro de que te habría hecho millonaria.
Meryl Levavi, gracias por el hermoso diseño de la edición original. Mi esposa me sorprendió acariciando las páginas.
John Hart, por ser siempre amable ante el acoso de mi bombardeo por correo electrónico.
Colegas escritores, gracias por ser tan generosos con vuestras palabras.
Gracias a Cath Summerhayes y a mi familia Curtis Brown; a Katherine Armstrong y a mi familia Bonnier; a Victoria Whitaker y a mi molesta familia.
A las personas que están leyendo esto, gracias: es como quedarse en el asiento para ver los créditos de la película. Repitámoslo, pronto.