Mi idea era hacerle una entrevista a John Malone, el músico desaparecido. Desde hacía cinco años, Malone había dejado esa zona oscura donde habitan las leyendas y ahora, en realidad, ya no era noticia, aunque los fans no olvidaran su nombre. En los años sesenta del siglo XX Malone, junto con Jacob Morley y Dan Endycott, fue uno de los fundadores de Broken Zoo, uno de los grupos de rock más exitosos de la época. En 1966 Broken Zoo grabó su primer larga duración. Fue un disco magnífico, a la altura de lo mejor que se hacía en Inglaterra en aquella época, y estoy hablando de unos años en que los Beatles y los Rolling Stones estaban en activo. Al cabo de poco tiempo apareció el segundo larga duración y para sorpresa de todos fue aún mejor que el primero. Broken Zoo realizó una gira por Europa y luego una gira por Estados Unidos. La gira norteamericana se prolongó por espacio de varios meses. Mientras ellos viajaban de ciudad en ciudad el disco subía en la lista de ventas hasta que finalmente llegó al número uno. Cuando volvieron a Londres se tomaron unos días de descanso. Morley se encerró en una mansión que acababa de comprar en las afueras de Londres y en donde tenía un estudio privado de grabación. Endycott se dedicó a ligarse a todas las mujeres guapas que pululaban alrededor del grupo, hasta que una de estas bellezas se lo ligó a él, compraron una casa en Belgravia y se casaron. Malone, por su parte, parecía más apagado. Según algunos biógrafos de Broken Zoo, asistía a fiestas extrañas, aunque sin especificar qué entendían ellos, los biógrafos, por fiestas extrañas. Supongo que en la jerga de la época eso significaba mezcla de drogas y sexo. Poco después Malone desapareció y pasado un tiempo prudencial, ¿un mes?, ¿dos meses?, el mánager del grupo dio una conferencia de prensa en la que reconoció lo que ya era una comidilla: John Malone los había dejado sin dar ni una sola explicación. Poco después compareció Morley y Endycott, junto con el baterista, Ronnie Palmer, y otro de los músicos, Corrigan, y dieron su versión de los hechos. Salvo con Ronnie Palmer, Malone no se puso en contacto con nadie. A Palmer lo telefoneó unas tres semanas después de la desaparición sólo para decirle que estaba bien, que no lo buscaran y que no lo esperaran porque no pensaba volver. Muchos dieron por acabado el grupo. Malone era el mejor y sin él resultaba difícil pensar en la supervivencia de Broken Zoo. Pero entonces Morley se encerró un mes o algo así en su mansión de las afueras y Endycott cada día se pasaba en casa de Morley diez horas trabajando, hasta que armaron el tercer larga duración del grupo. Contra lo que esperaban los críticos el tercer disco de Broken Zoo fue mejor que el primero y el segundo. En el primero, el setenta por ciento de los temas son obra de Malone. Tanto la letra como la música. En el segundo, el setenta por ciento de los temas pertenece a Malone. El treinta y el veinticinco por ciento restante, respectivamente, es obra de Morley y Endycott, salvo un tema del segundo larga duración en el que la letra está escrita a medias por Morley y Palmer, y que constituye, sin duda, una excepción. En el tercer disco, por el contrario, el noventa por ciento de los temas pertenece a Morley y Endycott y el diez por ciento restante se lo reparten Palmer, Morley, Endycott y un músico nuevo, Venable, que llegó al grupo cuando quedó claro que Malone no iba a volver. En el disco hay una canción dedicada a Malone. No hay ningún reproche. Sólo amistad y admiración. El título es ¿Cuándo vas a volver?, y salió al mercado en forma de single y en menos de dos semanas ocupó el primer lugar en el top ten londinense. Malone, por supuesto, no volvió, y aunque varios periodistas de la época se lanzaron a buscarlo, todos los intentos acabaron de forma infructuosa. Incluso se llegó a decir que había muerto en una ciudad francesa y que sus restos estaban en la fosa común. Por lo que respecta a Broken Zoo, al tercer álbum le siguió un cuarto, aplaudido unánimemente, y después del cuarto vino un quinto álbum y luego un sexto, doble, que fue el apoteosis, el larga duración inmejorable, y después estuvieron un tiempo sin tocar, pero luego sacaron un séptimo larga duración, bastante bueno, y luego un octavo y a mediados de los ochenta sacaron su noveno álbum, otra vez doble, y parecía que Morley y Endycott hubieran hecho un pacto con el diablo, pues el noveno arrasó en todo el mundo, desde Japón hasta Holanda, desde Nueva Zelanda hasta Canadá, pasando como un tornado por Tailandia, lo que ya es mucho decir. Después el grupo se deshizo, aunque de tanto en tanto volvían a juntarse para tocar en lugares muy especiales, en días señalados, sus viejos temas. En 1995 un periodista de Rolling Stone descubrió dónde estaba Malone. El artículo sólo causó estupor en los seguidores incondicionales de Broken Zoo, en los que conservaban los primeros discos de vinilo. A la mayoría de los lectores poco les interesaba la suerte de un tipo al que la mayoría daba por muerto. La vida de Malone, durante todo ese tiempo, en cierta forma, parecía una muerte en vida. Cuando abandonó Londres lo que hizo, sencillamente, fue marcharse a casa de sus padres. Eso era todo. Durante dos años permaneció allí, sin hacer nada, mientras sus excolegas se lanzaban al abordaje del universo.
2000-2001