SE HA DETENIDO AL PIE DE LA CANCELA UN CARRO DE FARSANTES ITALIANOS. COLOMBINA, PIERROT, POLICHINELA ENTRAN BAILANDO ASIDOS DE LAS MANOS.
COLOMBINA
¡Favor!
POLICHINELA
¡Una mazorca!
ARLEQUIN
¡Un sorbo de agua!
PIERROT
¡Una brizna de yerba!
ARLEQUIN
¡Un sangrador!
COLOMBINA
¡Favor! ¡Favor! ¡Favor!
EL ABATE
¡Fuera de estos jardines
Los farandules y las barraganas,
O por mis barbas canas
Que os suelte los mastines!
ARLEQUIN
Si tu enojo permite un silogismo,
He de argüir, que estando rasurado,
El jurar por las barbas es lo mismo,
Señor Abate, que no haber jurado.
COLOMBINA
Te quedaste perplejo,
Pensando una respuesta conveniente.
No lo niegues, buen viejo,
Porque veo la arruga de tu frente.
ARLEQUIN
Doctor Pandolfo, no te desazones
Ni intentes competir ahora conmigo,
Que recibí de Diógenes liciones
A fuer de ser filósofo y mendigo.
EL Marqués D’Olbray,
Viejo repintado,
Aparece como
Si fuese evocado.
EL MARQUES
¿Qué pide esa caterva,
Señor Pandolfo?
COLOMBINA
¡Pide, por favor,
Una brizna de yerba!
PIERROT
¡Una gota de agua!
ARLEQUIN
¡Un sangrador,
Para el triste jumento
Que nuestra casa por el mundo rueda,
Y harto de no comer, la pata al viento
Echóse en la vereda!
EL ABATE
Con tales voces al jardín entraron,
Que mofa concertada parecía,
Y que era mofa bien lo demostraron,
Arguyendo a mi enojo su osadía.
EL MARQUES
Debisteis darle ayuda en su querella,
Porque al fin esa gente
Va detrás de una estrella,
Como los Reyes Magos del Oriente.
ARLEQUIN
¡Las manos generosas
Permítenos besar!
COLOMBINA
¡Con tus liciones
Se florecen de rosas
Las heridas de nuestros corazones!
EL MARQUES
¿Quién rige la farándula?
ARLEQUIN
Señor,
Esta pobre comparsa
Es quien tiene el honor
De gobernar el Carro de la Farsa.
EL MARQUES
Quede aquí aposentada.
ARLEQUIN
¡Los laureles
Te ciñes de Mecenas!
EL MARQUES
Tu tablado de farsas y babeles
Ahuyentará las cortesanas penas.
SE va el Abate. Un comentario
En rancio latín mosconea,
Y lo glosa en su estradivario
El grillo, músico de aldea.
ARLEQUIN
Tengo una Farsa de la vida mía,
Y es tan regocijada,
Que al componerla, yo también reía,
Y contad que sentía,
De un desengaño, el alma traspasada.
EL MARQUES
¿De qué tierras eres tú?
ARLEQUIN
Según presumo,
De la misma que Adán y los pucheros,
Pero tengo de humo
El alma, y se columpia en los luceros.
Vi la luz en Italia, fuí poeta,
Me engañó mi mujer y vine a España
De comediante. Llevo en mi carreta
Corona de papel, cetro de caña,
Y otra corona seca de laureles,
¡Que aún no he aprendido a despreciar la gloria!
Un cofre viejo, todo de oropeles,
Al que llamo el Osario de la Historia,
Y un haz de cascabeles.
EL MARQUES
¡Lindo haber!
ARLEQUIN
Suficiente
Para poder morir en un camino
Al pie de un roble, el sol sobre mi frente
Y en el ramaje un trino.
EL MARQUES
Alzad en el jardín vuestro tablado.
ARLEQUIN
Entre los mirtos y los pavos reales
Van a tener estrado,
Colombina, tus risas inmortales.
OYOSE un teclodo de risas de plata,
La madama abría su boca escarlata:
Huye de la mano de Polichinela
Al ritmo saltante de una tarantela.
Por entre los mirtos aléjase el coro,
El Marqués levanta su lente de oro...
Sale Doña Estrella, hija del Marqués,
Y la Dueña sale un poco después.
LA DUEÑA
No olvidéis que a la Oración
Hemos de ser en el convento.
DOÑA ESTRELLA
¡Decid mejor en la prisión!
LA DUEÑA
No os tardéis.
DOÑA ESTRELLA
Sólo un momento
Para darle la despedida
A mi padre, que filosofa
En un banco de la avenida.
LA DUEÑA
¡Ya se escapó la mariposa!
DOÑA ESTRELLA
¡Vuelvo a la jaula a suspirar,
Padre!
EL MARQUES
¡Mi linda colegiala!
DOÑA ESTRELLA
¡Y voy a morir de pesar
Con la cabeza bajo el ala!
EL MARQUES
¡Presumida! Los desengaños,
El reumatismo, los amores
Nunca matan. Matan los años,
Cuando no matan los doctores.
DOÑA ESTRELLA
Dice mi dueña que al altar
Desde el convento han de llevarme.
¿Pero cuándo voy a jugar
Si me sueltan para casarme?
EL MARQUES
¡Tiempo tendrás!
DOÑA ESTRELLA
¡Pero, señor,
Para jugar hay que ser niña!...
¡Y me encenderé de rubor
Si llevo larga la basquiña!
EL MARQUES
Juega siempre sin el cuidado
A tropezar en el vestido.
Que no te detenga el tocado,
Ni los años, ni tu marido.
Hay abuela que hila su rueca
Y mece un ensueño infantil,
Como si fuese una muñeca
Hecha de tul y de marfil.
LA DUEÑA
¡Doña Estrella, que se hace tarde!
DOÑA ESTRELLA
¡Tu bendición por si me muero,
Padre!
EL MARQUES
¡Qué niña tan cobarde!
¿Viste apagado algún lucero?
LA DUEÑA bate con el pie,
La niña le guiña a la vieja,
Y el Marqués levanta una ceja
Sorbiendo un polvo de rapé.
LA DUEÑA
¡Vamos!... Al toque de oraciones
Cierran las Madres, y hacen preces.
DOÑA ESTRELLA
¡Breves fueron las vacaciones
Esta vez!
LA DUEÑA
¡Igual que otras veces!
DOÑA ESTRELLA
El ruiseñor entre el follaje,
Me dice adiós, un poco triste,
Deseándome buen viaje.
LA DUEÑA
¡Como solíais darle alpiste!
DOÑA ESTRELLA
Suspiran los pavos reales
En la penumbra del jardín,
Y las rosas en los rosales
También me hacen un mohín
Deshojándose con desmayo,
Que es su manera de llorar.
LA DUEÑA
Tal vez piensan para su sayo
En que nadie las va a regar.
DOÑA ESTRELLA
Y el cisne suspira en la onda
Que cubre de oro la tarde.
Y tiene un murmullo la fronda
Para decirme: ¡Dios te guarde!
¡Y llora la fuente de plata,
Como yo, en la angustia otoñal!
¡Y el grillo de la serenata
Toca una marcha funeral!
LA DUEÑA
¡La fuente, los cisnes, el grillo!...
Demasiada complicación
Para mi ciencia.
DOÑA ESTRELLA
¡Y tan sencillo
Como es para el corazón!
LA DUEÑA
Un solfista de catedral
Podría daros del asunto
Una explicación musical
Dentro del punto y contrapunto.
DOÑA ESTRELLA
Todas las voces misteriosas,
Explicadas, dejan de oírse.
Sucede como con las rosas
Que se marchitan al abrirse.
¡Siento en el alma un desconsuelo!
LA DUEÑA
¡Qué tarde vamos a llegar!
DOÑA ESTRELLA
¡Quién fuera pájaro del cielo
Para volar, volar, volar!...
LA DUEÑA
Debíais ser más razonable
Y comprender, señora mía,
Que a vuestra madre no le es dable
Teneros en su compañía.
Crecisteis tan sin reflexión,
Tan de la noche a la mañana,
Doña Estrella, que es un pregón
A la malicia cortesana.
Vuestra madre tiene esa queja,
Porque envejece de repente
Cerca de vos, y ella no es vieja
Ni lo será, seguramente.
DOÑA ESTRELLA
Ahí viene un paje de la Reina.
LA DUEÑA
¡Qué lindo talle! La doncella
Para quien el galán se peina,
Si él es un sol, será una estrella.
CON un ritmo de minué
Asoma un paje. Al aire fresco
Vuela trazando un arabesco
La banda azul de muaré.
Y el viejo Marqués, empolvado,
Filosofa peripatético
Por entre el mirto recortado
De un laberinto geométrico.
EL PAJE
¿Vuelve al convento su mercé?
DOÑA ESTRELLA
Allá me vuelvo, señor paje.
EL PAJE
¿Será mucho rogaros que
Recéis por mí?
DOÑA ESTRELLA
¡Vaya un mensaje!
¿Tan malo es?
EL PAJE
No soy un santo.
Pero al rogaros que recéis,
Más que a salvarme, miro al tanto
De que al rezar me recordéis.
DOÑA ESTRELLA
¿Y si rezo sin devoción,
Y me condeno, y mi alma pierdo?
EL PAJE
Será que en vuestro corazón
Hizo su nido mi recuerdo.
DOÑA ESTRELLA
Lo espantaré.
EL PAJE
¿De qué manera?
DOÑA ESTRELLA
Poniendo a Dios en su lugar.
EL PAJE
¡Ya que sois la Primavera,
Dejad a un pájaro cantar!
Posado en vuestro corazón,
Con las dos alas extendidas,
Dejad que os diga la canción
De todas las cosas nacidas.
LA DUEÑA
¡Doña Estrella! ¡Jesús! ¡Qué afán!
¡Vuestra madre con otra dama!
¡Y la culpa de este galán,
Avecica que pica la rama!
NOTA de silencio. El pavo real
Abre su abanico al sol vesperal.
Al pie del sendero deshoja el rosal
Sus últimas rosas, y es un madrigal
De púrpura y oro la tarde otoñal.
Salen dos madamas. Risas de cristal
Quiebran el silencio del Jardín Real.
ROSALINDA
¡Espérame!
AMARANTA
¡Corre!
ROSALINDA
¡Qué apuro y qué risa!
AMARANTA
¿Pero tú no corres?
ROSALINDA
¡Malhaya la prisa!
Mírame descalza.
AMARANTA
Cálzate, que espero.
ROSALINDA
¡Pero si el chapín quedó en el sendero!
AMARANTA
¡Qué loca! ¿No sabes andar en un pie?
ROSALINDA
Nunca he sido grulla, por eso no sé.
AMARANTA
Siéntate en la orilla.
ROSALINDA
¡Se chafa mi traje!
AMARANTA
Si bajas a saltos, en este paraje,
Cerca de la fuente, hay banco de piedra
Para los desmayos, con dosel de hiedra.
¡Parece dispuesto como un camarín!
ROSALINDA
¡Pero yo no puedo andar sin chapín!
AMARANTA
¿Dónde lo has perdido?
ROSALINDA
No sé dónde fué...
Al venir corriendo, me escapó del pie.
AMARANTA
Te daré la mano.
ROSALINDA
¡Me clavé una espina!
AMARANTA
En llegando al banco la jornada fina.
ROSALINDA baja en un pie,
El viento encrespa sus encajes...
Parece una tórtola que
Se asusta de los homenajes.
ROSALINDA
Penetra la brisa olor de azahares,
Las estrellas hacen juegos malabares
Y la onda armoniosa de los surtidores
Tiembla con el canto de los ruiseñores.
¡Qué lindo paraje para los desmayos
De amor, si no fuesen tan claros los rayos
Que cala la luna por entre la fronda,
Poniendo rieles de plata en la onda!
¡Para llorar penas, qué lindo retiro!
¡Lo menos tres ecos tiene aquí un suspiro!
AMARANTA
Tres ecos los tiene también en la reja
La risa, el suspiro, el beso y la queja.
ROSALINDA
¡La reja no pasa de ser una jaula!
Los ojos de Eros tuvieron el aula
De amor, en la fronda, cerca de las linfas,
Acechando el baño de diosas y ninfas.
Los pámpanos verdes y la verde poma
Son de los egidos de Grecia y de Roma.
La reja es moruna, sin gracia pagana,
Prefiero a la reja, la clara ventana.
AMARANTA
¡La ventana prende la escala de seda
De Romeo!...
ROSALINDA
¡La fronda se acuerda de Leda
Cuando se estremece! Del pie de alabastro,
Que pisó desnudo, aún conserva el rastro
Sobre sus senderos.
AMARANTA
He de hacer la ronda
Por ver si aun esconde tu chapín la fronda.
ROSALINDA
Queda aquí, Amaranta. Si alguno lo ve,
Hará por rendillo de nuevo a mi pie.
AMARANTA
¿Lo esperas?
ROSALINDA
¡Quién sabe si aquel caballero
Que, al pasar, con plumas nos barrió el sendero,
No halló mi chapín y lo ha recogido!
AMARANTA
¿Quién es el galán?
ROSALINDA
Un desconocido.
AMARANTA
¿No sabes su nombre?
ROSALINDA
Sólo sé el color
De sus ojos, arcos con flechas de amor.
AMARANTA
¡Muy alto las pone el lindo Don Diego!
ROSALINDA
Llenan sus aljabas los haces de fuego
Del sol. Cuando vuelan para mí, los coros
Del viento saludan sus divinos oros.
AMARANTA
Si en celestes forjas les cupo nacer,
Alcanzo que al cielo se quieran volver.
¡Pero no creía tu pecho rendido
A los bellos ojos de un desconocido,
Que ni aun nombre tiene!
ROSALINDA
¡Amor es rapaz,
Y al fruto maduro prefiere el agraz!
AMARANTA
¡Y más si lo vedan cercas!
ROSALINDA
¡Amaranta!
AMARANTA
Yo sé del temblor que encanta y que espanta
Al tender la mano y morder la poma
Que el cercado ajeno por la cerca asoma.
ROSALINDA
Pero ese temblor, que convierte todas
Las citas de amor en noche de bodas,
Sólo nos encanta y espanta y asedia
Si Otelo celoso con su alfanje media.
AMARANTA
¡Cuando tu marido sepa tal mudanza!
ROSALINDA
¡Tal vez la presume!
AMARANTA
¡Qué horror su venganza!
ROSALINDA
Algún epigrama sobre la mujer,
Compuesto con rimas del señor Voltaire.
Y un beso en mi mano, loando mi prendido,
Con una sonrisa para el preferido,
Con otra sonrisa para mi inconstancia,
Y al fin, la pirueta al uso de Francia.
Teólogo de amores, amigo de abates,
Galán en Versalles, paje del Rey Sol,
El Marqués sonríe de los disparates
Y de los maridos del Teatro Español.
EL ABATE, menudo y pizpireto,
Asoma en un camino de laurel.
Cuando daba remate a su soneto,
Halló el chapín para guardarlo en él.
AMARANTA
Nuestro abate Pandolfo se me antoja
Que trae tu chapín.
ROSALINDA
Él verá cómo
Lo devuelve al sendero.
AMARANTA
¿Y si se enoja?
ROSALINDA
Le pasaré la mano por el lomo.
EL ABATE
¡En el jardín las rosas cortesanas
Afrentan a las rosas del jardín!
ROSALINDA
Dejad, Abate, las lisonjas vanas
Y volved al sendero mi chapín.
EL ABATE
Perdóname, señora Rosalinda,
Si al alzarlo del claro de la luna
Orgulloso creí que se lo brinda
Al primer peregrino la fortuna.
ROSALINDA
Para vos la fortuna reservaba
Perderlo luego a semejanza mía.
EL ABATE
Y el corazón por algo maliciaba
Que era el chapín imán de picardía.
FINGE el Abate que se va.
Pero la dama hace un mohín,
Y el Abate otra vez está
Genuflexo con el chapín.
ROSALINDA
Antes dejad que con los dedos pique
En vuestra tabaquera.
EL ABATE
¡Y si os dijere
Que es pólvora encendida!
ROSALINDA
No replique.
EL ABATE
¡ Lo sorbe, lagrimea, tose y muere!
ROSALINDA
¡Qué delicado gusto! Bien se advierte
Que indiano visorrey os le regala.
¡Volviera del letargo de la muerte
La fragancia que exhala!
EL ABATE
¿Tanto le place a vuestra señoría?
ROSALINDA
¡Si os tengo de cambiar la tabaquera!
EL ABATE
¡Extremáis el honor!
ROSALINDA
¡Tened la mía!
EL ABATE
¡Delicada labor de argentería!
ROSALINDA
¡Y la vuestra un prodigio de madera!
EL ABATE
Sabiendo los ayunos de la ciencia,
A las pálidas musas de un abate
Queréis honrar. Vuestra munificencia
Es de tal suerte, que mi orgullo abate.
ROSALINDA
¡Basta!... ¡Basta!...Dejad en el sendero
Mi chapín.
EL ABATE
En el claro de la luna
Para que pueda hallarlo el caballero
A quien se lo depara la fortuna.
Y si al veros cegó, de lazarillo
He de darle la mano. ¿Sus señales?
ROSALINDA
Plumas en el sombrero, gran cintillo
Y la capa de grana.
EL ABATE
Son cabales.
Lo tropecé no ha mucho. Me parece
Que en barro vil pusisteis los amores.
ROSALINDA
Cuando se ama, todo se ennoblece.
Bajo el chapín, el barro dará flores.
¿Guardaréis el secreto?
EL ABATE
De una dama
Enamorada he sido secretario,
Y le escribí las cartas. Murió en fama
De santa, y era todo lo contrario.
HACE el Abate la pirueta,
Devuelve el chapín al camino...
Y la luna devana el lino
Argentino de la Comedieta.
ROSALINDA
Verás cómo no deja en el sendero
Mi chapín.
AMARANTA
Si es discreto confidente,
Procurará entregarlo al caballero
Para quien se ha perdido casualmente.
ROSALINDA
¿Y quién será el galán?
AMARANTA
¡Temo un desbarro!
ROSALINDA
¿Por qué?
AMARANTA
Por lo que quiso nuestro Abate
Indicar al decir que era de barro.
ROSALINDA
¡Me desmayo si hice un disparate!
VIENE a lo lejos un caballero:
El viento riza sus gayas plumas,
Y la chorrera, que finge espumas,
Y la lazada del coletero.
Con petulancia muestra el chapín
En una mano toda brillante
De falsas joyas. La otra, en el guante,
Se ciñe al puño del espadín.
Tiene el empaque del perulero,
Del currutaco la pantorrilla,
Los ojos negros, en donde brilla
La mofa astuta del condotiero.
Del estudiante vistió la loba,
Lució en tablados su ingenio ático,
Y en un castillo del Adriático
Estuvo preso con Casanova.
AMARANTA
Tu enamorado desconocido
Llega.
ROSALINDA
¡Qué apuesto!
AMARANTA
No hagas extremos.
ROSALINDA
¡Duda!
AMARANTA
No mires.
ROSALINDA
¡Se ha decidido!
Háblame ahora. Disimulemos.
ARLEQUIN
¿Las blancas manos tejen guirnalda
A la bicorne frente de Pan?
¡Graciosas ninfas, que lleváis falda
Por el decreto de un chambelán!
ROSALINDA
Si ahora nos cubren blondas y sedas,
No lo mandaron los chambelanes...
Pero aquí llevan en las olmedas
Hoja de parra los ejipanes.
ARLEQUIN
Un pie descalzo pienso que asoma
De tu vestido bajo el cairel.
¡Lindo trasunto de la paloma
Que picotea junto al vergel!
Un pie que dice cuál fué la bella
Que en el sendero perdió un chapín.
ROSALINDA
¿Vos lo encontrasteis?
ARLEQUIN
Quiso mi estrella
Que lo encontrase bajo un jazmín.
ROSALINDA
¡Dádmelo!
ARLEQUIN
Espero la gracia de
Ser tu azafata.
ROSALINDA
¡No estáis cabal!
ARLEQUIN
Linda señora, dame tu pie,
Por que le vuelva su pedestal.
¡Sacadle al aire!
ROSALINDA
¡Temo el relente!
ARLEQUIN
¡Sed compasiva!
ROSALINDA
¡Qué pedigüeño!
No sé negaros...
ARLEQUIN
Me pongo el lente.
ROSALINDA
¿Pues no lo veis?
ARLEQUIN
¡Si es tan pequeño!
EL monocorde violín
Del grillo, ensaya un aire antiguo,
Y la madama hace un mohín
Lindo gracioso, un poco ambiguo.
Alza la falda, asoma el pie,
Se presiente la pantorrilla.
Con un paso de minué
El caballero se arrodilla.
Canta en la espuma de las blondas
La mítica sirena dórica.
Naufraga una mano en las ondas...
¡Es la moral de la retórica!
ARLEQUIN
¡Inmaculado como una estrella,
Maravilloso pie de ilusión,
Cuando caminas dejas tu huella
En los senderos del corazón!
¡Pie que sostiene las triunfales
Gracias de Venus, como un Atlante!...
ROSALINDA
¡Oh!... Deteneos en los umbrales
Y no paséis más adelante.
ARLEQUIN
¡Sobre esta puerta de mis destinos
Deja a los labios poner sus sellos!
¡Si tus pies bajan a los caminos,
Podrá la tierra llegar a ellos!
ROSALINDA
¡Galante ingenio!
AMARANTA
¡Como de Francia
Y de la Corte del Rey Luis!
Corte en jardines, que su fragancia
De amor, envía sobre París.
ARLEQUIN
Soy de Bergamo, viví en Venecia,
Pero años hace vuelo a placer.
París me ha dado lo que más precia:
¡Deudas, maestros, y una mujer!
ROSALINDA
¿Y la dejasteis abandonada?
ARLEQUIN
Lleva coraza bajo el corpiño,
Y no la quiebra con su lanzada
Amor, que tiene brazo de niño.
A vuestra España, devota y vieja,
Para mi ensueño pido fortuna,
Y cuchilladas ante la reja
Y serenatas bajo la luna.
ROSALINDA
Pensad que es tierra muy cristiana,
Donde las viejas hacen la cruz
Cuando galana capa de grana,
Rozando el muro, pasa al trasluz.
AMARANTA
Aquí no danzan amores griegos
En los jardines, bajo los lauros.
ROSALINDA
Aquí las ninfas no hacen sus juegos
De cabalgadas en los centauros.
AMARANTA
Aquí no vuelan, tras los ramajes,
Furtivos besos del Trianón.
ROSALINDA
Con los ramajes de los boscajes
Aquí hace hogueras la Inquisición.
ARLEQUIN
¡Señoras mías, cómo creeros,
Si en vuestros labios tenéis abejas
Griegas, y esconde sus flechas Eros
Entre los nardos de vuestras rejas!
Si sois las musas de los rondeles
Y en las lazadas de vuestros talles,
Portáis las rosas de los laureles
Griegos, Latinos y de Versalles.
Rosas de sabias literaturas
Con que Madama de Montespan,
En las floridas arquitecturas
Que alzó Le Notre, coronó a Pan.
Las bocas rojas, los senos frescos,
Cantan en versos de pies latinos
Viejos abates madrigalescos,
A un tiempo doctos y libertinos.
Y si meriendan bajo la viña.
Lindas marquesas y rubios pajes,
Eros preside la alegre riña
Que suelta lazos y arruga encajes.
Allí las bocas que abren el celo,
Muerden, riendo, la verde poma,
Con los lunares de terciopelo
Sobre los labios, puestos con goma.
Reina en los parques Hermes Bifronte,
Venus y Adonis fingen combates
Y el viejo vino de Anacreonte
Mancha la chupa de los abates.
Tienen cristales las fuentes áridas
Cuando Diana caza en la fronda,
Se oye el enjambre de las cantáridas
Cuando ella pasa, desnuda y blonda.
ROSALINDA
Ni a Diana vimos en la floresta,
Ni a Pan buscamos bajo la parra.
Por estos pagos para hacer fiesta
Basta el rasgueo de la guitarra.
ARLEQUIN
A los divinos monstruos paganos,
Boca divina, no hagas la mueca.
Tus bailarines y mis silvanos
Verás que cubre la misma clueca.
ROSALINDA
¡Cegaré antes!
ARLEQUIN
Si en tus jardines,
Y en el misterio de la arboleda,
Pierdes un día con los chapines
Velos y encajes...
ROSALINDA
¡Toca la queda!
El fin del cuento sabré mañana.
ARLEQUIN
¡Hasta mañana, señora mía,
Gruta de amores, rosa sultana,
Panal de mieles y de poesía!
ROSALINDA
¡Hasta mañana junto a la fuente!
ARLEQUIN
¿Tendréis palabra?
ROSALINDA
No faltéis vos.
ARLEQUIN
¡Antes faltara luz al Oriente!
ROSALINDA
¡Adiós, hidalgo!
ARLEQUIN
¡Damas, adiós!
SURGE Colombina
Como una muñeca,
Toda vana y hueca
Pintada de harina.
COLOMBINA
¡Ingrato! Falso! ¡Engañador!
¡Todo lo oí!
¡Voy a morirme de dolor!
¡No te rías! ¡Yo soy así!
ARLEQUIN
¿Por qué te escondes en la fronda?
COLOMBINA
¿Por qué me engañas?
¿Cómo quieres que no me esconda,
Arlequín, cuando sé tus mañas?
¡Señor!... ¡Señor!... ¡Que haya burlado
Con tanto arte,
A Pierrot, por este malvado!
ARLEQUIN
Eso se dice en un aparte.
COLOMBINA
¡Tu ironía me vuelve loca!
¡Ya no me quieres!
ARLEQUIN
El corazón no está en la boca.
COLOMBINA
¡Qué sabio eres!
ARLEQUIN
Por esta vez no te engañado.
COLOMBINA
¡Válgate Dios!
¿Qué más podía haber pasado
Si las madamas eran dos?
ARLEQUIN
¡Cuando todos mis oropeles
De comediante,
Cadenas, plumas y arambeles,
Bailotean dentro de un guante!
¡Cuando no tienes, alma mía,
Colorete!
¡Ni zagalejo que no ría
Por el garabato de un siete!...
¡Y te arrebolas con las gramas
Que ofrece el prado,
Para salir a hacer las damas,
De la comedia, en el tablado!
¡Cuando Pierrot no tiene harina
Para la cara,
No hagas locuras, Colombina,
Colombina, la vida es cara!
Si por amores cortesanos
Logro medrar,
De mi gloria a nuestros hermanos
Un reflejo le ha de alcanzar.
¡Si tomo esclavo un corazón,
Os haré parte en el botín!
COLOMBINA
¡Reniego de tal protección,
Arlequín!
ARLEQUIN
Al otorgarme Rosalinda
Favor y amor,
De su dulce boca de guinda
Os ha de llegar el sabor.
Y así, dulce prenda, procura
No darme guerra,
Que el castillo de mi ventura
Tus suspiros lo echan por tierra.
COLOMBINA
¡La madama se ha de acordar
De Colombina!
ARLEQUIN
¡Llora bajo si has de llorar!
COLOMBINA
¡Tanto cinismo me asesina!
ARLEQUIN
Mientras le das un recosido
A mi jubón y a tu careta,
La golondrina cuelgue el nido
En la carreta.
Hagamos alto en los vergeles
De Aranjuez,
Y deshojemos los laureles
De la gloria, por una vez.
¡Tendrás marqueses palaciegos
Por amantes!
¡Verán en su noche los ciegos
Con las luces de tus diamantes!
Deja en reposo, Colombina,
Yacer el carro.
Colguemos nuestra bambalina,
Herencia de Pedro Naharro,
En estos jardines fragantes
Y floridos.
Seamos a un tiempo comediantes
De Reyes, de cisnes y nidos.
Yo haré que cambie nuestra suerte.
COLOMBINA
¡Calla, Arlequín!
Que tus palabras dan la muerte
Igual que un áspid de jardín.
TRAGICO, a fuer de ser grotesco,
Sale Pierrot haciendo zumba.
En su rostro carnavalesco
Hay una mueca de ultratumba.
PIERROT
¡Arlequín! ¡Arlequín!
ARLEQUIN
¿Qué pasa?
PIERROT
¡Lo que pasa es extraordinario!
¡La desgracia entró en nuestra casa!
¡Según dice el veterinario,
El caballo tiene un torzón!
ARLEQUIN
¡Ve, Colombina, a cuidar de él!
COLOMBINA
¡En más estimo mi opinión!
PIERROT
¡Colombina, no seas cruel!
COLOMBINA
¡No insistáis vos, señor marido!
PIERROT
¡Quién tirará de la galera!
COLOMBINA
Tened presente que he nacido
Comedianta, y no curandera.
ARLEQUIN
Oye el relincho lastimero
Que estremece el jardín real.
PIERROT
Parece el fuelle de un herrero
Sentimental.
COLOMBINA
¡Ya se me ablanda el corazón!
¡Ay, Arlequín!
Tú merecías el torzón
En lugar del triste rocín,
Matalón.
¡Ingrato! ¡Bergante! ¡Ruín!
¡Hipócrita! ¡Falso! ¡Felón!
COLOMBINA se infla como una tarasca;
Arlequín le guiña que guarde al marido.
Pierrot, contemplando la luna, se rasca
En la frente. El sapo modula un silbido.
PIERROT
Oye, Arlequín, una palabra
Dicha a la oreja. Acudo a ti
Por que tu bolsa se me abra.
ARLEQUIN
No tengo ni un maravedí!
PIERROT
¡Abre la bolsa, hermano mío!
ARLEQUIN
No puede ser.
PIERROT
Pues tendremos un desafío
Por mi mujer.
SE va Pierrot bamboleante,
Y bajo la luna espectral,
Toma un relieve alucinante
Su cara cubierta de cal.
ARLEQUIN
¡Vayan los dos en paz! Ahora medita,
Arlequín, con los cisnes y las flores,
E interroga a la blanca margarita,
Que sabe el porvenir de los amores.
¿Qué pájaro me canta
En el pecho encondido?
¿Con qué alas azules se levanta,
Para volar, mi corazón herido?
¡Luna blanca! ¡Divina curandera!
¡Le vendaste con nieblas de un ensueño,
Dejándole el temblor y la quimera
De un imposible empeño!
¡Oh, luna de poetas y de orates,
Por tu estela argentina
Mi alma peregrina
Con un ansia ideal de disparates!
Dentro de mí, como lejano coro,
Reviven las memorias
De alegres días, de entrañables glorias.
¡Mañanas perfumadas! ¡Tardes de oro!
Vuelvo a sentir aquel temblor que era
Vaticinio de amores,
Cuando el cortejo de la Primavera
Iba en mi alma deshojando flores.
¡Luna que das ensueño a los jardines,
Que pones alas en los corazones
Y en las cimas azules, oraciones
Y en las ondas azules, violines!
¿Quién el poder a descubrir acierta
De tu cara de plata,
De tus ojos de muerta
Y de tu nariz chata?
¡Tú de los cisnes vagos
Conduces los divinos
Sueños, sobre los lagos!
¡Tú devanas los linos
Del celeste linar,
Por todos los caminos
Del desierto y del mar!
¡Bajo el influjo de tus conjunciones
Amor suspira y canta,
Y la onda de los mares se levanta
Como la onda de los corazones!...
¡Alondra de oro en los celestes prados!
Cabalística flor de los secretos
De azul y de rocío perfumados!
¡Hilandera divina de sonetos!
El barro de mi alma se aureola
Con tu luz enigmática,
Y te saluda con la cabriola
De una bruja sabática:
Luna que de soñar guardas las huellas,
Cabalística luna de marfil
Tú escribes en lo azul moviendo estrellas:
¡Nihil!
LA luna, enmascarada en el follaje,
Saca un ojo mirando al comediante,
Como la dueña que seduce al paje
Y deja ver un cuarto de semblante.